La Fiscalía de Álava pide más de 15 años de cárcel para un hombre acusado de violar a su expareja en un piso en Vitoria, a la que coaccionó y amenazó durante más de tres años mientras duró su relación.

El juicio contra este hombre, acusado de un delito de agresión sexual con acceso carnal, otro de maltrato físico y psicológico habitual, un delito continuado de amenazas, otro de coacciones leves, así como maltrato no habitual y daños, se celebrará los próximos martes y miércoles en la Audiencia Provincial de Álava.

La Fiscalía asegura en su escrito de acusación al que ha tenido acceso EFE que el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima entre febrero de 2019 y agosto de 2022, aunque ambos mantuvieron contacto hasta octubre de ese año.

Durante todo ese tiempo, en el que convivieron, el procesado ejerció contra ella de forma sistemática un ejercicio de violencia física, psicológica y ambiental, y estableció una situación de dominio mediante un férreo control de su pareja a la que vigilaba continuamente a través de diversas aplicaciones instaladas en su teléfono móvil.

Leía sus conversaciones y le hacía videollamadas y le mandaba mensajes constantes, explica el Ministerio Público.

Además, "era frecuente que el acusado se enfadara por celos" y la pellizcara, mordiera, tirara del pelo o agarrara fuertemente, propinándole patadas y puñetazos, además de romper mobiliario y enseres de gran valor sentimental para ella como regalos y fotos de su matrimonio anterior.

El día de autos, ya finalizada la relación, el hombre acudió al domicilio de la mujer y empezó a llamarla insistentemente para preguntarle dónde y con quién estaba. La víctima llegó acompañada de un amigo, pero al ver que su expareja estaba muy agresivo para que dejara en paz a su acompañante, accedió a ir con él.

Una vez en el ascensor del inmueble donde residía la víctima, el acusado le quitó el móvil, la agarró del cuello y dentro del domicilio rompió el ordenador portátil. En ese momento recibió una llamada de la Policía, pero el hombre la conminó a que dijera a los agentes que vivía en otro lugar para que no pudieran localizarla.

Posteriormente rompió dos cuadros y un joyero mientras la amenazaba y le decía: "Vas a cambiar de teléfono. Esta vez tu teléfono solo lo va a tener tu familia y yo. Vas a dejar de hablar con tu amiga. No vas a volver a trabajar. Como no hagas todo esto te voy a matar. Tu casa me da igual, soy capaz de quemar la vivienda".

El escrito de la Fiscalía añade que "aprovechándose de ese contexto de control, temor y miedo" el acusado obligó a que ella le hiciera una felación y mantuviera relaciones sexuales con penetración, a las que accedió "al tener su voluntad sometida y doblegada", asegura la Fiscalía.

Como consecuencia de estos hechos la víctima sufrió un hematoma en la zona cervical y padece un trastorno adaptativo. Ha necesitado seguimiento psicológico especializado y tratamiento médico y farmacológico.

Por estos hechos el Ministerio Público pide 10 años de prisión por la violación, 3 años por el maltrato habitual, 1 año por amenazas leves continuadas, otro por coacciones leves continuadas y 8 meses por maltrato no habitual.

Asimismo reclama el pago de más de 16.000 euros por las lesiones y daños morales sufridos y que no pueda acercarse ni comunicarse con ella durante más de 25 años. También pide que una vez cumplida la pena que se le imponga también se incluya la medida de libertad vigilada durante 10 años.