Txaro Arrazola acogió el encargo de anunciar la llegada de La Blanca 2023 con “emoción”, “responsabilidad” y, por qué no decirlo, la sensación de ser una mujer con “suerte”. La artista ama su ciudad, “maravillosa” en sus palabras, y por supuesto sus fiestas, un lapso de poco más de cinco días en los que Gasteiz entera “se hace niña y se pone a jugar”. 

Ella lo ha hecho desde siempre, en primera persona, y se nota: desde que ella era esa niña que acudía a las barracas en familia y disfrutaba de los cabezudos, los churros o Gargantua; desde que transitó por la adolescencia y una primera juventud en las que participó en la creación de una fanfarre propia; y desde que, algo más mayor, se empapaba ya en “sudor, en verbenas y afters” mientras la cuadrilla, de dentro y de fuera, crecía. 

Conocedora de esa “cercanía”, de esa “proximidad” y esa “implicación ciudadana” que caracterizan a La Blanca, Arrazola ha reivindicado este miércoles en su pregón festivo que la ciudad “ame esa diversidad todo el año”.

Igualdad, pacifismo, cultura

“¡Abramos nuestra ciudad en fiestas y todo el año!”, ha insistido enérgica la artista, que durante su lectura ha encadenado mensajes en favor de la igualdad y las personas más desfavorecidas de la sociedad, de la “educación con mayúsculas”, del pacifismo y el ecologismo o, como no podía ser de otra forma, la cultura. El pregón, celebrado en una abarrotada –y abrigada– Plaza Nueva, ha contado con el acompañamiento musical de Sorotan Bele Gogoan y la Banda Municipal de Música. 

Arrazola ha emocionado con un “recorrido autobiográfico rapidito” por La Blanca, unos festejos marcados por una diversidad que ha llamado a “respetar” porque, “además, es la salsa de fiesta, y de la vida”. Y también ha transitado por su vida personal y profesional, un camino que ha llevado a Arrazola a trabajar actualmente como profesora en el campus de Leioa pero en el que también ha sido monitora de tiempo libre, voluntaria en Cruz Roja y también activista dentro del arte.

La figura de Celedón

La pregonera ha reivindicado también la figura de Celedón por todo lo que representa, pues “pertenece a esa masa de personas empobrecidas, las más mayores y también las más indefensas, las más pequeñas, solas, migradas”. Y tampoco le ha faltado una divertida referencia, video incluido, al It’s Raining Men de las Weather Girls, donde “aparecen celedones con paraguas”. Quién sabe si estas artistas no se inspiraron en el aldeano de Zalduondo a la hora de grabar el clip de este clásico. 

Bromas aparte, Arrazola ha reivindicado el papel de la población envejecida “en pleno proceso de desmantelamiento de lo público”, ha instado a toda la población a “volcarse” si se produce cualquier ataque machista en fiestas, ha alabado el papel de todas esas personas que “sostienen” La Blanca, “una inmensa obra coral”, y ha remarcado que las fiestas “sin duda también son expresión de nuestra cultura”.

La pregonera ha concluido su discurso proyectando en vídeo la interpretación del que “probablemente es el tema más universal compuesto por un músico alavés”, La Paloma de Sebastián Iradier.

Una canción, en palabras de Arrazola, que “simboliza mucho” lo que desde aquí se debe a las culturas americanas, ahora que hay un análisis crítico de la “la matriz del poder colonial”. Antes de los goras a las fiestas y a Gasteiz, Arrazola ha parafraseado al propio Iradier: “Si a tu ventana llega una paloma, trátala con cariño que es mi persona”.