El aumento de los precios de consumo y de energía como consecuencia de la inflación a raíz de la guerra de Ucrania se está cebando con las rentas más bajas, al aumentar la pobreza severa y las situaciones de exclusión entre las personas más vulnerables que viven en Álava. Un dato que preocupa “seriamente” a Cáritas Diocesana de Vitoria, porque “habla de esas personas que el sistema ha dejado atrás”.

En concreto, según los datos de la memoria anual de esta entidad presentados este martes, 5.153 familias llamaron en 2022 a su puerta, 644 más que en 2021.

“Si bien es cierto que la situación está mejorando, desde Cáritas constatamos que la población en situación de exclusión severa está creciendo. Se está produciendo una fractura social con respecto a las clases medias y la sociedad acomodada”, alerta Ramón Ibeas, secretario general de Cáritas.

Para ello, la entidad destinó 812.614 euros (383.614 euros más que en 2021). La mitad de ellos, para atender los problemas de vivienda.

Con rostro femenino

El 45% de estas familias atendidas fueron nuevas y en cuanto a su perfil, no hay cambios: el 76% son extranjeras y la mayoría de ellas tiene rostro femenino (66%).

El 41% estaba en desempleo (46% en 2021) y el 27,3% no tenía permiso de residencia y trabajo (28% en 2021).

“Es necesario reformar la Ley de Extranjería para que las personas que llegan a nuestro país no tengan que esperar tres años para poder trabajar. Es inhumano y somete a esas personas a una inseguridad absoluta respecto a su vida y posibilidades”, reivindica Ibeas.

La entidad destaca, además, que el 46,3% de las personas o familias a las que Cáritas acompañó durante el pasado año, comparten vivienda (43% en 2021). Un dato que, a su juicio, pone en evidencia las grandes dificultades a las que se enfrentan las familias para acceder a este derecho básico.

“El problema de la vivienda es global, no es que no se alquile a pobres, sino a nadie, pero trabajamos con el sector que menos capacidad económica tiene. Por eso la mitad de nuestras ayudas van para vivienda”, agrega.

Por su parte la directora de Cáritas Vitoria, Maite Sebal, ha matizado que aunque la inflación “ha afectado seriamente” a las personas con menos renta, “no deja de ser un obstáculo más en la lista que venimos denunciando. Como por ejemplo, acceder a un espacio habitacional, bolsas de empleo precario o la Ley de Extranjería, que es un impendimento más para integrarse socialmente o la brecha digital”.

Itinerarios de inclusión

Por esta razón, desde Cáritas intentan consolidar itinerarios de inclusión, como formación y empleo. En este sentido, un total de 1.203 personas participaron en distintos cursos (1.035 en 2021): 742 asistieron a clases a actividades para aprender castellano (844 en 2021), 156 a las Escuelas de Formación ypromoción de la Mujer (153 en 2021) y 305 menores y adolescentes participaron en sesiones de apoyo escolar (244 en 2021).

En cuanto a empleo, 212 personas pasaron por los talleres ocupacionales y prelaborales (194 en 2021) y se contabilizaron 46 contratos de inserción (17 en 2020): 6 en la cooperativa Berjantzi y 40 en el marco del convenio de colaboración con la fundación Giltza.

Por su parte, la agencia de colocación Lan Bila atendió a 925 personas demandantes de empleo (864 en 2021), siendo un 77% mujeres (864 en 2021, 75% mujeres) y el servicio de intermediación laboral gestionó 348 ofertas (269 en 2021). Del total de esas demandas gestionadas, fueron cubiertas 240 (197 en 2021): 170 de ellas en el servicio doméstico y/o cuidado de personas dependientes (154 en 2021), “que aunque tienen estudios, se enfrentar a dificultades para convalidarlo aquí” y otras 70 demandas en otros sectores (43 en 2021).