Fernando Sánchez Aranaz, historiador y escritor, presentará mañana en Agurain su último libro titulado Carlismo. Memoria de una disidencia (Mintzoa Editorial). El acto tendrá lugar a las 18.30 horas en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de la localidad.

En su última publicación, Sánchez Aranaz relata cómo el carlismo es origen de “variadas paradojas”. Una de ellas consiste en el “contrasentido” de que un movimiento sociopolítico con dos siglos de existencia, haya llegado a ser “prácticamente irrelevante”, no sólo en los medios de comunicación, sino también en el mundo de la historiografía. “Me parece que es un tema que a estas alturas de la historia y de la vida está muy desconocido por la gente en general. A mí siempre me ha interesado este tema y me daba cuenta de que la gente no tenía una idea real de lo que ha sido. Cuando a un chaval de 40 años para abajo le preguntas sobre el carlismo, o te dicen barbaridades o no tienen ni puñetera idea. Me daba pena y, por eso, como historiador, pensé en hacer algo”, explica Sánchez Aranaz, en conversación con este periódico.

Hasta tal punto cree que ha sido así que en su prólogo afirma que, “por parte de la historiografía oficial, no se ha conseguido la imparcialidad que exige la investigación histórica”. Y que el carlismo ha sido “ninguneado hasta el extremo por los medios de comunicación e ignorado por el común de la ciudadanía”.

Entre los motivos de ello, “porque la historia oficial la escriben los vencedores de los conflictos, así ha solido suceder en el caso del carlismo, excepto con la guerra civil de 1936-1939, que ha sido escrita por vencedores y vencidos unidos tácticamente a través de la llamada transición”, argumenta.

Recuerda que para los historiadores es “un privilegio” conocer a la gente que intervino en esos hechos que luego se quieren contar. Y él lo ha tenido, pero la que ha conocido “no tiene nada que ver con cierta imagen que se quiere dar”. Por eso se animó a escribir este libro, dirigido no solo a especialistas, sino al público en general, “que tenga interés real en saber cómo son las cosas porque lo importante es que la gente la conozca de forma imparcial”.

También se ha propuesto acabar con esos tópicos que rodean al carlismo, “que si el absolutismo, derechos dinásticos...”. Porque, como subraya, ha llovido mucho desde ese carlismo conocido por su lema de “Dios, patria, rey y fueros”, que enseñan en el colegio ya que “que asistimos al periodo de mayor pureza ideológica y honestidad política dentro del carlismo”.

Recuerda cómo siempre ha visto la democracia desde un punto de vista participativo, “haciendo las cosas desde abajo hacia arriba, como en el sistema foral”. Y si por algo se ha caracterizado siempre, es por una “actitud disidente con las injusticias que padecían por la situación impuesta por el liberalismo, a veces derivada en enfrentamientos entre los mismos carlistas”.