Por segundo año consecutivo, el colegio Urkide de Vitoria se ha clasificado para la final estatal de la liga First Lego League (FLL), el campeonato escolar de ciencia y tecnología, tras ganar en la fase vasca de la prueba. Ya en Cartagena, el equipo Legokide pelea este fin de semana por una victoria y por dejar alto el pabellón alavés con su innovador proyecto sobre energía.

“Es una enorme satisfacción porque llegamos a ser primeros de la sede que nos tocó, en este caso Deusto, en Bilbao, así que con ganas de hacerlo bien en la siguiente prueba”, confía Dani Arrilucea, entrenador del equipo Legokide, junto a Félix Sáenz de Ugarte.

El tema de este año de FLL gira en torno a la energía en cualquiera de sus fases, desde la producción hasta el consumo. Y el innovador proyecto planteado por Legokide consiste en una solución para colocar paneles solares en balsas de riego y resolver los problemas de suciedad y escarcha en las placas, una idea que este año les costó elegir, apunta el entrenador.

No obstante, Uxue, Leyre, Nerea, Iraia, Marcos, Jokin, Sasha, Nicolás, Diego y Unai no han viajado solos. Ante la imposibilidad de transportar una balsa de agua real por sus dimensiones, este equipo formado por cuatro alumnas y seis alumnos, ha elaborado una maqueta en miniatura con la que explicar su proyecto en Cartagena.

“Son paneles solares flotantes, una especie de flotadores sobre el agua para no restar terreno de cultivo. La idea ya existe, pero la hemos adaptado a una balsa de riego de la localidad de Gauna aprovechando un espacio sin uso y las propiedades de la infraestructura para generar energía”, explica el tutor.

Para ello han tenido que asesorarse con profesionales de la energía solar, que les han ido advirtiendo de los posibles problemas a los que se iban a enfrentar, así que se han puesto manos a la obra hasta darles solución.

“El principal problema es que si se mueve la superficie de paneles flotantes, se pueden plegar y amontonar hasta estropear la instalación, así que hemos utilizado una serie de pilares que guían el panel para que cuando baja el nivel del agua o le da el viento no se muevan y aterricen en una plataforma que hay al fondo de la balsa”, detalla.

Por ejemplo, “en verano que se agota el agua de la balsa, pues se quedan reposados en una superficie horizontal y se aprovecha el agua para rociar los paneles y así eliminar el polvo o la escarcha, ya que si los paneles solares se ensucian producen menos energía, y lo mismo ocurre con la escarcha, es como cuando se congela la luna del coche y echas agua por encima para que se vaya el hielo”, aclara Arrilucea.

Solucionada la primera prueba de First Lego League, el equipo Legokide se puso manos a la obra con la segunda, diseñar con piezas lego el robot que deberá superar las pruebas que marque la competición y que tantos quebraderos de cabeza da todos los años a los participantes por los problemas técnicos que a menudo surgen con las máquinas. El reto está en ir superando misiones para sumar el máximo posible de puntos.

Repetir victoria

En la final de Euskadi, el jurado habló bien del proyecto de Urkide, pese a que “salimos un poco despistados, fuimos los primeros en realizar la presentación y la verdad es que no les preguntaron mucho, eso sí, la idea les gustó mucho y sí que dijeron: nos hemos quedado sin palabras, aunque cuando te dicen eso, no sabes muy bien si es bueno o malo”, apunta el entrenador de Legokide.

Con todo, confía en repetir victoria en tierras murcianas. “Nunca perdemos la esperanza, pero ahí sí que el nivel es exagerado, hay muchos equipos con proyectos apoyados por empresas concretas y nosotros sí que hemos hecho algún contacto profesional, pero hemos desarrollado todo el proyecto desde el cole”, dice.

De ganar en Cartagena, el alumnado de Urkide podrá cruzar el charco hasta la ciudad estadounidense de Houston para medirse a los mejores del mundo en la final internacional que se celebrará del 19 al 22 de abril. “Eso, por desgracia, no lo he visto nunca, sólo me lo han contado, pero deber ser un altísimo nivel y una competencia muy dura”, considera Arrilucea.

Lo cierto es que cada año son más los chicos y chicas de Urkide que desean apuntarse a esta liga de ciencia y tecnología. El colegio cuenta con dos equipos de estudiantes de 10 a 16 años, diez en cada grupo, así que las plazas son limitadas. “Se van renovando, entrando gente nueva a medida que van saliendo los de 16 años, ya que a partir de esta edad no pueden competir”, indica el entrenador.

Además, este año, el centro ha sumado un grupo de escolares de 6 a 10 años. “La filosofía de esta prueba infantil es otra, no hay segunda fase ni ganadores, pero la experiencia ha sido muy chula”, valora Arrilucea. Este año asiste al campeonato con el handicap de que participan dos hijas, Uxue y Leyre. “Es su último año, pero no se quieren alejar de esta competición y les hemos propuesto que el próximo curso continúen ligadas al proyecto como entrenadoras, así no pierden el contacto”, avanza Arrilucea.