Cristina Gibaja es la directora del centro ITA especialistas en salud mental que el pasado junio puso en marcha en Vitoria-Gasteiz (Beato Tomás de Zumárraga, 4) un hospital de día para dar respuesta al aumento de casos que se han dado en este territorio tras el confinamiento con el fin de dar proximidad de servicio a aquellos jóvenes y profesionales que padecen anorexia, bulimia o personas que realizan atracones y que normalmente tienen vinculada la comida a conflictos emocionales. Con el fin de ahondar mejor en sus causas, consecuencias y tratamientos, hoy este centro organiza en Villa Suso una jornada dirigida a profesionales bajo el título Trastornos de Conducta Alimentaria y Adolescencia.

¿Hay alguna razón que explique por qué en Vitoria se ha pasado de 50 hospitalizaciones en 2018 por Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) a las 122 que, en principio, estaban previstas en 2021?

–Consideramos que la pandemia ha sido un punto de inflexión en el aumento de los TCA, provocado por el aumento del aislamiento que hubo durante el confinamiento, restricciones sociales... Y por ese boom que hubo durante la pandemia de hacer deporte y de llevar una alimentación saludable. Es verdad que no a todo el mundo le afecta igual, pero sí que hay personas que al presentar mayor vulnerabilidad, puedan tener más riesgo de TCA.

¿Las redes sociales tienen algo que ver con este aumento?

–Claro. Estamos en un momento de la sociedad en el que todo se expone, se busca valoraciones externas, a través de likes, a la hora de mostrar cuerpos, comidas... De hecho, muchas de las pacientes, ponen ese punto de inflexión a la exposición a las redes sociales, además del de la pandemia. Al final, buscan identificarse con personas de cuerpo “X” y eso les lleva al “quiero conseguir esto”, hasta que se convierte en algo obsesivo y en una TCA.

¿Es cierto que las edades de inicio son cada vez más precoces, incluso antes de la pubertad? ¿Por qué motivo?

–Aunque un TCA se puede desarrollar en la vida adulta, hay más riesgo y vulnerabilidad en la adolescencia. Normalmente, la media de edad suele ser los 14-15 años, pero sí que se están dando casos de más temprana edad acercándose a los 12. Al final, la adolescencia es una etapa de crisis evolutiva, de diferenciarte, de los que han sido tus referentes, como puede ser tu familia, y estás buscándote tú, tu propia identidad, por lo que es una etapa de riesgo respecto al TCA. Como estás buscando un referente con los que sentirte identificado, normalmente, se fijarán en personas con unas características: personas muy delgadas, muy fit (cuerpo tonificado y bien definido) o con mucha obsesión por la alimentación...

¿Y por qué cada vez baja más esa edad de inicio de los que sufren TCA? ¿Es porque la adolescencia cada vez llega antes o por esa mayor exposición a redes sociales?

–Sí, porque el momento evolutivo y social está cambiando. Es verdad que la exposición a redes sociales también viene cada vez antes, por esa necesidad de hacerse mayor, lo que está haciendo que los casos cada vez sean de menos años.

¿El perfil mayoritario sigue siendo el de mujer?

–Efectivamente. También hay hombres, aunque la mayoría son mujeres.

Ahora que se acerca la operación bikini, ¿hay más riesgo de TCA?

–Suelen aumentar las consultas en esta época y normalmente por eso. Hace poco una madre me comentaba que su hija ya estaba pensando en la operación bikini... Es otro factor de riesgo.

¿Qué trastorno es el más frecuente?

–Normalmente es la anorexia, pero es verdad que últimamente también hay bastante trastorno por atracón, pero a veces suele variar: hay personas que han sufrido o sufren anorexia, luego se puede desplazar el síntoma y pueden tener trastorno por atracón...

¿Los padres son los que suelen elevar la voz la alarma o hay pacientes que se dan cuenta de su propia situación?

–Un poco de todo. Incluso la voz de alarma también puede venir del entorno escolar porque hay familias que igual no se están dando cuenta del todo de la bajada de peso de sus hijos, no dándole importancia. Y hay muchos colegios que les dicen que están viendo eso en su hija. Como aquí atendemos tanto a padres como a hijos, tenemos casos también de que viene la familia con la paciente menor buscando ayuda y otros casos de cuando son mayores de edad, que están viendo que están teniendo dificultades o limitaciones en su vida y que tienen que hacer algo con esto y acuden también. En ITA no solo trabajamos con el paciente que tiene la sintomatología con TCA, sino que hacemos un trabajo también a nivel familiar porque es importante el impacto que genera un TCA no solo en el paciente, sino en su entorno. Por eso trabajamos la parte individual y la familiar.

¿Cuáles son sus áreas de atención al respecto?

–Aquí lo que queremos conseguir es que se recuperen y eso no consiste solo en atender el TCA para que vuelvan a ganar peso, sino también en recuperar el bienestar mental porque aparece por un síntoma que está pasando. Nosotros siempre ponemos el ejemplo del iceberg: en la punta siempre se ve restricción de la comida, atracones, aumento o subida de peso, vómitos... Pero debajo del iceberg encuentras inseguridades, baja autoestima, relaciones sociales deficitarias... O encuentras también casos de acoso escolar. Se van viendo esas circunstancias que haya podido ir viviendo la persona y que sean factores predisponentes a desarrollar TCA. Trabajamos qué hay debajo de esa sintomatología, el motivo por el que ha desarrollado ese TCA y por eso es importante tener en cuenta también la familia.

¿Cuánto tiempo de terapia es de media necesario?

–No hay un tiempo de terapia determinado, porque cada persona es un mundo. En cualquier caso, los TCA no se eliminan rápidamente y también depende del tiempo que lleva con él antes de pedir ayuda. Es un trastorno complejo y necesita un tratamiento complejo. Por eso hacemos una evaluación diagnóstica y en función de eso, varía el tiempo de tratamiento.

Según las últimas investigaciones, un 25% de pacientes con TCA se muestran resistentes al tratamiento y evolucionan hacia la cronicidad.

–Efectivamente. La resistencia al tratamiento no solo depende del tiempo que lleva establecido en la persona, sino de otras resistencias. En ITA estamos especializados en ese tipo de tratamientos de especial complejidad, intensos, que exponen al paciente a enfrentarse, a tener que comer sí o sí, a tener una supervisión constante...

El encuentro en Villa Suso también va a abordar las situaciones de comorbilidad, es decir, TCA asociados a otras patologías como depresión ansiedad, trastornos de personalidad o abuso de drogas...

–No todas las pacientes que tienen TCA tienen otros trastornos, pero es verdad que otras sí, por eso los TCA son complejos al presentarse depresión, ansiedad... Por eso en ITA contamos con un equipo interdisciplinar con psicólogos, nutricionistas o el psiquiatra para orientar tratamiento farmacológico, si es necesario. El objetivo es hacer el mejor tratamiento, según las características de la persona... Y no solo tenemos en Vitoria la atención de consulta externa, para que vengan pacientes a terapia, sino que tenemos también desde el pasado verano un hospital de día, que es un comedor, para hacer un tratamiento más intenso. Vienen desde la mañana, hacen la ingesta de comida y de merienda y trabajamos a través de espacios grupales, individuales y grupos para padres para esa orientación psicoeducacional porque muchos de los que se encuentran en esta situación, lo descubren como un tsunami. De repente les llega algo que impacta muchísimo en la familia y les orientamos a esas formas de hacer, a cómo ayudar a sus hijos.