Vecinos de la capital alavesa alertaron de la afectación que tiene la implantación de la tecnología 5G para la salud de la ciudadanía. Lo hicieron ayer en comisión municipal, mediante el turno popular solicitado por la Asociación Gasteiz Consumidores (Asgascon) y de mano del responsable de la empresa GeoBiotek, Asier Arregi, que, entre otros campos, realiza mediciones de campos electromagnéticos. Arregi explicó que las potencias emitidas por las antenas repetidoras de telefonía 5G producen “efectos biológicos” sobre los seres humanos con afectaciones al “corazón, a la sedimentación de la sangre, daños en células nerviosas, fertilidad, roturas de ADN, leucemia y tumores”, entre otros perjuicios para la salud. Así lo atestiguan “más de 5.000 artículos científicos” a nivel internacional que se han unido bajo el informe BioIniciative que analiza la relación entre los campos electromagnéticos asociados con las líneas eléctricas, los dispositivos inalámbricos y la salud de las personas.

Arregi calificó como de “aberración” el Real Decreto 1066/2001 que estableció “hace 21 años” un límite de wifi de “10 millones de microvatios por metro cuadrado” cuando los científicos recomiendan establecerlo en los “100 microvatios por metros cuadrado”. “No tiene ningún sentido que la ley permita hasta 100 millones más de lo recomendado”, lamentó, antes de exponer que ya en 2011 el Consejo Europeo estableció la resolución 1815 para establecer unos valores de protección a “1.000 microvatios por metro cuadrado, a corto plazo y a 100, a medio plazo”. Por ello, requirió al Ayuntamiento una ordenanza que regule su despliegue y “proteja la salud de los vitorianos”. “Esta tecnología no es inocua y hace falta conciencia, educación e higiene electromagnética en la sociedad”, apuntó.

La concejala de Salud, Livia López, le trasladó que el Ayuntamiento no tiene competencia en su regulación y que ya existe una ordenanza municipal con “modificaciones derivadas del Tribuna Supremo”, así como una red de monitoreo que “contempla lo que regula la ley” actual. “Es un ámbito supramunicipal sobre el que el Ayuntamiento no puede decidir”, manifestó. López declaró que, aunque hay estudios, “no hay una evidencia científica” que indique que las radiaciones afecten a la salud, y abogó por “mantener el equilibrio” entre “el progreso y la salud”. Un asunto que desmintió Arregi, quien invitó a los que dudan de las evidencias a participar voluntariamente de un experimento al respecto. Los grupos de la oposición abogaron por concienciar a la población sobre los riesgos que los campos electromagnéticos tienen sobre la salud.