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La sequía podría ocasionar que la producción de los viñedos se rebaje

La Casa del Vino señala que las uvas mantienen unos parámetros de calidad excelente

La sequía podría ocasionar que la producción de los viñedos se rebaje

Según ha confirmado la Casa del Vino de Laguardia, el Servicio de Viticultura y Enología, desde la pasada semana el paso de la primera dana subtropical del verano está ocasionando tormentas sin lluvias cuantitativamente suficientes para alterar la situación de déficit de agua que se arrastra en Rioja Alavesa. Sin embargo, la poca agua caída, unido a que las temperaturas a partir del 16 de agosto han dado un respiro, está sirviendo para refrescar el viñedo y ralentizar el proceso madurativo que, por los calores, viene anticipado.

El viñedo está resistiendo extraordinariamente las difíciles condiciones a las que ha estado sometido desde la primavera: sucesivas olas de calor con registros fuera de lo común y el agua limitada a la procedente de varias tormentas irregulares, en todo caso poco abundantes en lluvia. La actual fase que se corresponde con los últimos días de maduración es un periodo complejo, en el que cualquier exceso en las condiciones ambientales repercute en la planta y, consiguientemente, en el valor y el equilibrio de los componentes de la uva. De momento, la sequía no se ha hecho ostensible en el aspecto exterior de los viñedos que mantienen en general la masa vegetativa en buen estado, sin agostamientos y sin caídas prematuras de hojas basales. A ello ha contribuido, aparte de la resistencia natural del cultivo, la paliación de las temperaturas desde mediados de agosto.

Como ya venía anunciando este servicio, los viñedos que se han podido regar han sobrellevado mejor el calor, incluso a pesar de soportar una mayor carga. El ciclo en los viñedos de regadío venía más adelantado desde primeros de julio y ese avance se ha mantenido. Los viñedos de secano han ralentizado su evolución dando lugar a altibajos en su desarrollo en función de las temperaturas en los sucesivos golpes de calor de este verano. A falta de días determinantes para la calidad enológica, un cuajado que venía justo, con un número de racimos y granos reducido, ha ayudado a que, en estas circunstancias tan críticas de sequía, la maduración esté a punto de completar su proceso con éxito.

Ciñéndonos a fechas, se mantiene el adelanto de unos días respecto a la pasada campaña y a lo que viene a ser ya propio en Rioja Alavesa. El estado sanitario del viñedo actualmente es muy bueno, aunque nunca exento de riesgos. Los días próximos a la recolección son especialmente críticos, más en un año como este en el que la meteorología extrema del final de la primavera y verano puede favorecer fenómenos meteorológicos adversos. Lluvias torrenciales o un pedrisco pueden poner en peligro todo el trabajo del año.

Con relación a fechas previsibles de vendimia, las variedades blancas más tempranas (tempranillo blanco y foráneas) se irán recogiendo a partir de los primeros días de septiembre. La vendimia de la viura y del tempranillo tinto se hará con un adelanto de al menos 10 días respecto a la campaña anterior. Con esto, si las condiciones no cambian mucho, los viñedos de las variedades mayoritarias de Rioja Alavesa, que por sus características sean más tempranos o en aquellos que se considere no son susceptibles de una mejora de la aptitud enológica de su uva, se podrán empezar a recoger sobre mediados de septiembre.

A propósito de los análisis de uva que se vienen realizando en la Casa del Vino, se observa cómo el grado está evolucionando bien, aunque la acidez en general está resultando algo por debajo de las cifras habituales en esta etapa de la maduración. Centrándose en los aromas y en los polifenoles, factores ligados a la maduración fenólica, la meteorología de los próximos días determinará sus valores y consiguientemente la calidad de la cosecha: temperaturas suaves, lluvias sin excesos y amplitud térmica entre la noche y el día favorecerían la evolución deseable.

El volumen de cosecha en Rioja Alavesa previsiblemente se verá mermado comparando con el de la pasada campaña, especialmente en secano. Aunque hay viñedos cargados, la tónica general es la de pocos racimos, con menor número de granos y de tamaño reducido. De no cambiar las circunstancias se verá este año cómo habrá viñedos que no alcanzarán los rendimientos amparados (95 % para variedades tintas y 100 % para blancas) aunque con una calidad que se prevé buena en general pero que sin embargo en los viñedos más expuestos a la sequía estará muy condicionada por los días venideros.

Desde hace unos días el Servicio de Viticultura y Enología está muestreando los viñedos de Álava como preludio del estudio anual de maduración. En próximas fechas se empezarán a publicar para los distintos municipios y parajes de Rioja Alavesa los datos que permiten seguir la evolución de los parámetros de la uva hasta los días que correspondan con la generalización de la vendimia. En los resultados de las analíticas será preciso prestar especial atención a las cifras de acidez, pH y carga polifenólica. El equilibrio entre estos parámetros y el grado, contando con el estado sanitario de la uva y las previsiones meteorológicas cada vez más precisas, servirán de pista para que los técnicos y agricultores vayan organizando los trabajos previos y propios de la vendimia. Vienen ahora unas semanas en los que los técnicos de las bodegas deberán decidir sobre la fecha de recogida en cada viñedo propio y en los de sus proveedores.

Arabako txakolina

Las temperaturas ligeramente más frescas de los últimos días, unido a ligeras precipitaciones en el mes de agosto, apenas 15 o 20 litros, han sido suficientes para que el viñedo haya acelerado su ciclo y el grano haya alcanzado prácticamente el tamaño que suele ser normal. Se aprecia un viñedo con estado sanitario excelente, con racimos medianos, no muy numerosos y con granos sueltos, lo que ha permitido mantener la hoja prácticamente intacta, con alguna excepción en viñas de suelos más arenosos.

Respecto a su fase fenológica, la maduración progresa adecuadamente, en consonancia con las fechas con lo que ya se puede considerar habitual a tenor de los últimos años. Si no existen grandes alteraciones meteorológicas, por ejemplo lluvias abundantes que retrasen el ciclo o altas temperaturas que lo adelanten, es posible que las variedades más tempranas, Riesling y Chardonnay, se empiezan a recolectar a partir de mediados del mes de septiembre. La Ondarribi Zuri, variedad principal del txakolí, se estima no estará en sazón hasta una semana después. Respecto a previsiones de volumen y características cualitativas de la cosecha en el Valle de Ayala, la campaña actual apunta a una gran calidad aunque no será abundante.