Con un mes de retraso debido a problemas burocráticos y técnicos,  los niños y niñas saharauis que tenían que haber aterrizado el pasado 28 de junio en Vitoria llegan el sábado para pasar el verano en Álava.

Después de muchas horas de viaje, una vez que aterricen en Loiu el sábado por la mañana, a los menores tan solo les faltará un breve trayecto en autobús hasta Vitoria.

En la capital alavesa, en el polideportivo de Lakua, sus nuevas familias con las que pasarán lo que queda de verano les estarán esperando con los brazos abiertos.

"Han sido días de mucha incertidumbre", explica Irune Lujambio, madre de acogida y responsable de Afanis en Álava.

Lo que en principio habían sido unos días de retraso debido a que no aparecía la publicación del decreto en el BOE (para autorizar la residencia temporal de los menores) debido a la celebración de la cumbre de la OTAN, al final estos niños y niñas han perdido un mes de su estancia en Euskadi este año por problemas burocráticos y técnicos relacionados con la documentación y los vuelos.

Desde Afanis, la asociación de familias de acogida que trabaja en Vitoria desde 2005, solo pueden dar las gracias a las 34 familias alavesas que se han interesado por el programa para acoger a estos menores hasta finales de agosto.

Menores saharauis

"Les hace mucha falta. Han sido dos años muy duros para la población refugiada saharaui porque el covid ha paralizado por completo la ayuda humanitaria que reciben para subsistir en el desierto", explica Irune Lujambio, madre de acogida y responsable de Afanis en Álava.

Acoger un hijo hasta finales de agosto

En los campamentos de Tinduf donde viven (en los que se soportan temperaturas superiores a los 55ºC en verano) no han tenido asegurada ni una comida al día durante el tiempo de pandemia.

Además de no haber recibido alimentos, ni medicinas, ni ayudas económicas (que les envían muchas familias y ONGs) desde marzo de 2020 cuando llegó el confinamiento, muchos proyectos de cooperación en los campos de refugiados están completamente paralizados.

"A pesar de las condiciones en las que viven, son niños y niñas sanos, sólo necesitan al llegar a Vitoria una pequeña revisión en el pediatra", recuerda Irune Lujambio.

Las familias interesadas tienen que ocuparse de la manutención, de la ropa (porque los niños llegan con lo puesto y sin maleta) y de que pasen una revisión médica.

"Lo que hacen las familias voluntarias es acoger un hijo hasta finales de agosto. Y pueden seguir haciendo los planes que tenían previstos para el verano, como ir de vacaciones a la playa o ir al pueblo", explica Irune Lujambio.