Tras un primer verano de pandemia lleno de miedos e incertidumbres a la hora de salir de vacaciones, y un segundo estío de explosión del turismo nacional ante la necesidad de cambiar de aires y las dificultades para salir al extranjero, Gasteiz afronta su primera temporada alta sin mascarillas ni prácticamente ningún tipo de restricciones con una normalidad en los hoteles, si bien hay costumbres que van cambiando con los años y que el coronavirus ha contribuido a consolidar.

Los hoteles abren con optimismo una temporada estival “al uso”

Esos nuevos hábitos son lo más destacable para Rubén, que desde la recepción del hotel Arts de la calle Colegio San Prudencio destaca que los turistas ya no reservan con demasiada antelación sus pernoctaciones. “Es un verano raro, distinto que el del año pasado, que también fue raro, pero por una explosión desmedida, con lleno todos los días y precios disparados. El año pasado no había una sola habitación en todo el País Vasco, los precios se triplicaban”, afirma.

Ahora, señala Rubén, “está siendo más un goteo, hay clientes cada día, pero todavía no ha empezado la explosión de un verano al uso, está más flojo que el año pasado”.

Puede ocurrir que sea así, además de porque ahora hay “más reservas de última hora, de gente que está ya en viaje”, porque “se esté perdiendo el miedo y la gente esté aprovechando para salir fuera”. Lo cierto es que por culpa del coronavirus “ha cambiado todo mucho” de cara al verano, si bien “en fechas normales, en invierno y primavera, sí hay una vuelta a la normalidad”.

Tampoco varía mucho el perfil del cliente, que sigue viniendo mayoritariamente de Madrid, de Barcelona, de Valencia, o desde Francia e Italia, en el caso del turista extranjero, si bien es creciente además la presencia de alemanes u holandeses.

Nahikari, responsable de marketing del Hotel Jardines de Uleta de Armentia coincide con Rubén en que “las reservas en Vitoria son muy de última hora”, excepto para fechas señaladas como el inminente Azkena Rock, el Ironman, las fiestas de La Blanca. En todo caso, aunque las reservas en general “van entrando en el último momento, las previsiones son buenas, parece que va a ser un verano bueno, aunque todavía es pronto para asegurarlo”, explica.

En el Hotel Jardines de Uleta perciben, pese a que “a Vitoria la gente viene dos o tres días, encaja su visita aprovechando que vienen al País Vasco”, que las pernoctaciones, el talón de Aquiles del turismo en Gasteiz, van mejorando “en los últimos años, salvo el impasse de la pandemia”. Según Nahikari, cada vez más se elige la capital alavesa como “centro desde el que visitar Bilbao, Donosti, Pamplona... Hay muchas ciudades a una hora, y es un buen punto para no tener que moverte tanto y conocer muchas zonas”.

Además, para estos clientes Vitoria suele ser todo un descubrimiento. “La gente se va encantada, les gusta mucho, les sorprende, vienen con la idea de ver la ciudad en medio día y luego les gusta mucho”.

El Hotel Nirea, en plena calle Dato, acaba de abrir sus puertas al público hace un par de meses, y con el paso de las semanas sus responsables van notando un aumento de la demanda de habitaciones.

Mejor poco a poco

“Vamos mejorando poco a poco, en comparación a cómo empezamos; igual había días en que no teníamos nada, ahora ya no, no hay un día en que no haya ningún cliente. Los fines de semana está más lleno y de cara al verano se van ocupando las habitaciones”, señala Fátima, trabajadora del hotel que confirma la tendencia apuntada desde otros establecimientos. “Mucha gente llega entre semana sin reservar con antelación, vienen directamente o nos llaman”, afirma.

En la calle Hondarribia de Lakua se ubican los Apartamentos Irenaz, un establecimiento en el que, quizá por sus características diferentes a las de un hotel al uso, la tendencia con respecto al verano cambia con respecto a otros testimonios. “De momento las reservas van bastante bien, la ocupación está subiendo, notamos que se está reservando de cara a julio y agosto con anterioridad, la semana de fiestas de Vitoria se nota que la gente se ha animado a venir, y ya tenemos algunos días de agosto completos”, señala Gara desde la recepción.

Sí perciben en los Apartamentos Irenaz, con respecto a otros veranos, que “la gente antes reservaba estancias más largas, e igual ahora son noches sueltas, o dos”, y además desde que estallo la pandemia la alternativa del apartamento frente a la habitación ha ganado enteros. “Al tener cocina mucha gente lo prefiere, hasta hace bien poco la gente te lo comentaba, que preferían un apartamento, aunque ahora ya no, se va volviendo más a la normalidad”, apunta.