Dos años después, el Azkena Rock vuelve a Mendizabala, y con este festival miles de personas llegadas de todas partes que vienen a disfrutar de los conciertos y de paso duermen y consumen en la ciudad. Que los hoteles de la capital alavesa están en estos días hasta la bandera no es ninguna novedad, pero la repercusión que tiene la presencia de miles de visitantes en la ciudad es muy diferente dependiendo de los sectores.

Rubén, del Hotel Arts, explica que tanto para el Azkena como para el Ironman, el Festival de Jazz o las fiestas de Vitoria, “las fecha señaladas”, la ocupación hotelera se dispara, y Fátima, del recién abierto Hotel Nirea, afirma que también en este establecimiento la ocupación es alta, si bien las reservas no se han realizado “con mucha antelación”.

Gara, de los Apartamentos Irenaz, dice que están completos para esta semana. “Es verdad que nos ha costado, pero si nos quedaban a dos semanas vista cinco o seis apartamentos, que no es lo habitual en los días del festival, en una semana se han ocupado sin problema”.

En la Fundación Catedral de Santa María, Jon asegura que el albergue “va a estar lleno solo con ellos”, y según su experiencia en las visitas al templo medieval en estas fechas también se nota la presencia en Vitoria de los aficionados al rock.

Otros sectores

En cambio, empresas de guías turísticas como Artea no tienen más trabajo que el hecho de que miles de personas lleguen a la ciudad en pleno mes de junio. “De hecho, a veces, cuando hay eventos de ciudad, viene menos turismo general, igual por la falta de plazas de hotel, no tienen tanta posibilidad de alojamiento y viene menos, y los que vienen al Azkena y ya está”, explica Luis, que para esta semana en concreto tiene las mismas reservas que en una semana ordinaria, “tampoco menos, pero nada diferente”.