Artepan lanzó el pasado viernes Idiazabal Ogia, un aperitivo a base de queso que parece un auténtico Idiazabal. Forma parte de la colección de panes efímeros de la panadería vitoriana, que busca seguir otorgando al oficio de panadero y al pan en sí el valor gastronómico y nutricional que abandera la casa a punto de cumplir sus 40 años. Está elaborado con queso de la quesería familiar alavesa de La Leze, situada en el pueblo de Ilarduia.

El pan de 185 gramos está disponible en todas las tiendas Artepan y en Mamia, desde el 10 de junio al 26. Hace tres días que el producto se vende en las panaderías de la capital alavesa y la “acogida ha sido muy buena por parte de los clientes”, como asegura Idioa Barreiro, responsable de tiendas de la empresa. Tiene un precio de 3,20 euros, y desde la tahona recomiendan acompañarlo con una buena sidra, cerveza o vino, a poder ser de producción local.

"La acogida ha sido muy buena por parte de los clientes”

Idoia Barreiro - Responsable de tiendas de Artepan

Idiazabal Ogia está elaborado artesanalmente con masa madre y los mejores ingredientes como harina de trigo, agua, harina T80 de trigo ecológico molido a la piedra, queso Idiazabal de La Leze, sal , levadura y harina de maíz Txakinarto. “Sobre una base de una rica masa de pan rallamos y mezclamos el queso. Le damos forma y lo ponemos a fermentar en unos moldes redondos metálicos, en los que horneamos para mantener la forma”, explica Txema Pascual, panadero.

Varias iniciativas

Con Idiazabal Ogia, son varias ya las iniciativas que lleva realizando Artepan estos últimos meses. Como la cerveza de pan vasco que elaboraron junto a Býra para celebrar el Oktoberfest del año pasado, y que volverá a efectuarse este año. Unos proyectos que sumados a sus habituales panes y pasteles, están impulsando el negocio alavés.

Un aperitivo que esté elaborado con un queso galardonado con la medalla de oro en los World Cheese Awards 2021-2022 es sinónimo de éxito. Y ese es el caso de La Leze, que gracias a su elaboración con leche cruda de sus ovejas y al cuajo natural de sus corderos, consigue un producto que se diferencia del resto.

La quesería familiar formada por José Mari Jauregui, Elisabeth Gorrotxategi y sus hijos Arkaitz y Gaizka decidieron apostar por esta forma de vida, el pastoreo y la elaboración de queso de alta calidad en 1992. Se centraron en un proceso de elaboración milenario, y le sumaron su toque.