¿Qué supone para el barrio de El Pilar el Premio +Álava que les concede DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA?

–Es una alegría, algo digno de celebrar porque es un reconocimiento al barrio y a todo el esfuerzo que hay detrás, que muchas veces no se ve porque está solapado. Hay una red comunitaria importante, que surgió poco a poco, y que, sin darnos cuenta, está haciendo proyectos importantes. Las personas que hay detrás de esas instituciones, en el Bizan, el centro de salud, los colegios..., es gente que ha visto que merece la pena hacer cosas en el barrio. Tenemos una población envejecida y se han hecho muchos proyectos para que esas personas estén activas y no se queden aisladas en sus casas. Esa red comunitaria se encarga de eso y tenemos una conexión muy rápida para detectar los problemas y tratar de solucionarlos. Miramos qué necesidades tiene la población y tratamos de darles salida. Nos proponen y tratamos de ayudar y eso se hace sobre todo a través de esta red social que tenemos en el barrio, que es un trabajo en cadena, como un equipo en el que una idea nos lleva a otro y a otra. Es un reconocimiento a esta red comunitaria que se ha creado en el barrio, que sirve para ayudar a jóvenes y mayores.

“Este premio sirve para reconocer al barrio y a todo el esfuerzo que hay detrás por la gente que lo mantiene vivo”

Hay mucha gente en El Pilar que vino de fuera y que lleva viviendo en el barrio prácticamente toda su vida.

–Había un boom de población y vino muchísima gente de fuera a trabajar en las fábricas. El número de vecinos que están por encima de 70 años en el barrio es muy grande y fue gente que tuvo que trabajar muy duro para salir adelante. Y siempre hay proyectos abiertos de cara a la población más mayor, como el programa La salud camina por el barrio que surgió para sacar a la gente del aislamiento social y que conozca el barrio. Se mantiene el germen de gente que se ha conocido de toda la vida, de vecinos que ahora llevan a sus nietos al colegio y se quedan en el parque. Y gente que se ayuda porque se conocen, que saben que pueden contar con un vecino porque se conocen. Son relaciones y es salud.

El Pilar, historia de un barrio que cumple 60 años en Vitoria Mikel Larrarte

Es un barrio muy envejecido.

–Hay mucha gente mayor y en situación vulnerable. Fíjate que aquí ver a una persona de 50 o 60 años es casi hablar de un joven... Una de las necesidades por las que se ha movido el barrio en los últimos años ha sido la recogida para tener un comedor y ahí se ha visto la red comunitaria del barrio que es potente. Se ha visto una necesidad y la gente se ha movido porque se considera que es importante para el barrio.

“Hay una red comunitaria muy importante que tejieron los vecinos y que ahora cuenta con respaldo de profesionales”

Hay pocos niños.

–Hay muy pocos. La población infantil viene marcada, principalmente, por la población migrante. Antes había muchos niños, pero ahora... Casi los únicos jóvenes del barrio son las personas que han llegado de otros países y son los que han repoblado el barrio. Dan una nota de vitalidad, porque si no estuviesen nuestros parques estarían vacíos.

El barrio ha cambiado muy poco en los últimos años, ¿es momento de pedir cosas?

–Siempre es momento de pedir. Que los edificios estén mejor cuidados, que haya más parques, vienen muchos niños de lunes a viernes que hay que cuidar mejor, espacios para los chavales... A nivel sanitario necesitamos un centro de salud nuevo, que el que tenemos es de los años 70, necesitamos salas de espera ventiladas, donde la gente pueda estar con espacio, puertas más anchas por las que quepan todas las sillas de ruedas... El último gran cambio fue la construcción del centro cívico, que es un plus para el barrio, con gente superprofesional, oferta educativa, ludoteca... Fue un gran impulso para el barrio porque converge gente de todas las edades del barrio y cada uno tiene su espacio.

Comerciantes de antes y de ahora repasan su historia en El Pilar Mikel Larrarte

Pese a todos estos problemas de los que hemos hablado, el barrio tiene mucha vida.

–Sí porque es gente que se conoce de toda la vida y muchas compras se hacen en el comercio del barrio. Igual si tú no puedes, voy yo y te subo el pan. La gente tiene la costumbre de ir a las tiendas de aquí y hacen vida. Y los comerciantes también conocen a los vecinos y si ven que hay algo raro dan el aviso. El Pilar es un barrio con mucha vida porque sus vecinos mantienen las relaciones humanas.

“Hay mucha gente mayor y en situación vulnerable y muy pocos niños; los jóvenes han venido de fuera”

Hay una red social muy importante.

–Hay mucho compromiso. Hay muchas personas que sigue creyendo que se pueden resolver los problemas o dar solución a las necesidades que se detectan. Esta red comunitaria que ahora mantenemos profesionales con vecinos estaba ya hecha por los vecinos y los profesionales se han ido sumando a ello. Algo superespecial de este barrio, que igual estaba escondido, es el centro ocupacional Puerto Rico, que es algo que no tienen todos los barrios que permite que las personas con discapacidad vivan aquí y trabajen aquí.

Toda esta red de vecinos y profesionales de distintas áreas se ha encargado de organizar todos los actos por el 60 aniversario del barrio, que han tenido una gran repercusión a nivel social.

–Ha sido coger todas las experiencias de gente mayor, de gente del taller ocupacional, de los chavales de los colegios y del instituto... Ha sido dar forma a todas esas ideas de esas personas que quieren seguir haciendo cosas por el barrio. Y así nació el 60 aniversario. Rescatamos la figura del Satorra, fotos, recuerdos... Había que celebrar todo esto de alguna manera y también recuperamos unas fiestas como las de antes, que hacía años que no celebrábamos.