Alberto Núñez Feijóo ha jugado en casa para cerrar la campaña del 23J y desde La Coruña ha asegurado que "toca otra vez hacer el cambio", como con Adolfo Suárez en la transición, con Felipe González en 1982, con José María Aznar en 1996 y con Mariano Rajoy en 2011.
Todos esos precedentes ha citado Feijóo en un mitin dirigido a los más convencidos, a quienes le han apoyado y dado cuatro mayorías absolutas en Galicia, y en el que no ha llamado ya al voto útil, pero sí a la movilización en las urnas porque solo queda "la final". Hasta en tres ocasiones han sonado "The final countdown", de Europe.
Ya han ganado la Liga y la Copa, pero queda la Champions, ha arengado Feijóo. Advierte de una competición "trucada" porque "todos los que no han ganado quieren sumar todos sus puntos" para gobernar, mientras que él solo lo hará si gana. Deja así una nueva apelación a que gobierne la lista más votada ante una victoria que el PP da por segura.
Entre los suyos, a los que ha dedicado un largo capítulo de agradecimientos, Feijóo ha bromeado con la dureza de la campaña y ha dicho que al final han llegado su lumbago y él "sincronizados" para aprender la primera lección: "Si hay que partirse el lomo por España lo haré".
Feijóo ha prometido que, al contrario que Pedro Sánchez, sabrá llegar, también estar porque no tiene "deudas con nadie" ni "pactos con nadie" ni tiene que estar "sometido a nadie". Y también ha dicho que sabrá irse "y dejar paso a otro compañero para que siga adelante".
"Necesito el voto de la gente, su confianza, no es posible hacerlo solo, ni siquiera con muchos, solamente es posible hacerlo si lo hacemos con la inmensa mayoría", ha reclamado, y ha versionado sus arengas gallegas: "¡Galicia, Galicia, Galicia, por cuarta vez Galicia y ahora España, ahora España!".
Feijóo se ha rodeado por los gallegos con los que triunfó en el pasado, en un mitin junto a su vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, cabeza de lista al Congreso por esta provincia, y de su sucesor en la Xunta, Alfonso Rueda. También ha estado arropado por su pareja, su madre y por Toñito, el feriante gallego que le apoya en sus actos y que ayer estuvo en Madrid y hoy, en La Coruña.