Última semana de campaña y los sondeos dan aún una victoria clara a la derecha. ¿Hay partido?
Creo que sí. Hemos visto en las encuestas que hay una tendencia al alza de Sumar. Vamos a ser la fuerza decisiva y vamos a conseguir reeditar el gobierno de coalición progresista.
¿Qué es lo que más les ha penalizado para explicar ese posible cambio de ciclo? Porque hay datos objetivos que avalan la gestión del Gobierno.
Los datos macroeconómicos son muy buenos, pero a nivel familiar o personal todavía hay gente que lo está pasando muy mal. Uno de los factores que han desgastado más al Gobierno, y no lo digo solo yo, es el papel de la derecha y la ultraderecha mediática. En Euskadi tenemos un ecosistema mediático mucho más plural y respetuoso, pero en el resto del Estado no se está haciendo una labor de oposición o control al Gobierno, que sería razonable, sino de acoso y derribo, encima con mentiras, bulos y sembrando lo peor, el odio hacia los dirigentes políticos de la izquierda.
¿Estamos ante las generales más decisivas de la democracia?
Nos estamos jugando no lo que pase el día 23, sino lo que va a pasar la próxima década en nuestro país. Si tenemos un gobierno de Feijóo con Abascal, los retrocesos van a ser enormes y en muchos ámbitos: en derechos laborales, en la transición ecológica o en los derechos de las mujeres. Nos estamos jugando mucho.
¿Por qué debería confiar el electorado alavés en Sumar este 23-J?
El mayor aval que tiene Sumar en estas elecciones es el papel que ha tenido Yolanda Díaz como vicepresidenta y al frente del Ministerio de Trabajo. Los logros son espectaculares: la subida del salario mínimo un 47%, la reducción de la temporalidad o el enorme crecimiento de los contratos indefinidos son nuestros mayores avales. Si queremos seguir por esa senda, porque creemos que hay que seguir mejorando el mercado de trabajo, subiendo el salario mínimo o poniendo topes a los alquileres, la opción es Sumar.
Su espacio siempre ha obtenido el escaño por Álava desde su fundación, pero las encuestas ahora lo descartan. ¿A qué lo achaca?
Hay algunas corrientes de fondo que afectan a la izquierda en general, pero creo que lo vamos a conseguir. El escaño por Álava de Sumar vale el triple: servirá para que no lo consiga la derecha, para garantizar la continuidad del gobierno de coalición progresista y para que ese gobierno siga haciendo políticas transformadoras.
¿Pero manejan datos internos que abonen ese optimismo?
En Álava, los cuatro o cinco partidos que hemos obtenido escaño en las elecciones pasadas lo hemos hecho siempre de forma muy ajustada. La cosa se va a jugar de nuevo en unos cientos de votos. Hay que darlo todo esta última semana para transmitir a la gente la importancia de ese escaño.
La creación de Sumar no ha sido fácil por todo lo que pasó con Podemos y la configuración de las listas. ¿Su electorado ha pasado página?
Ha costado, pero se ha conseguido un acuerdo histórico en el que hay 17 fuerzas políticas. Es todo un logro. Y además, es un acuerdo plural desde el punto de vista político y de plurinacionalidad, con fuerzas como MÉS o Compromís. Ese acuerdo y el trabajo que está haciendo Yolanda Díaz en la campaña están logrando recuperar la ilusión y la esperanza de mucha gente. Lo vimos el sábado en la Plaza de la Burullería. Lo que Sumar ha conseguido también en esta campaña es que se hable de propuestas que realmente afectan a la ciudadanía.
¿Cuál es el logro de su espacio en el gobierno que más le enorgullece?
Yo estoy muy orgulloso del trabajo que ha hecho mi antecesor, Juantxo López de Uralde. La Ley para la Transición Ecológica que impulsó es uno de los mayores avances de la legislatura. En concreto en Álava ha servido para parar el fracking o los proyectos del Gobierno Vasco para explorar y explotar gas en el pozo de Subijana. Y hay otros muchos ejemplos, como facilitar que las comunidades de vecinos con calefacción central pudieran acogerse a la tarifa regulada. También están la Ley de Vivenda, los avances feministas y para el colectivo LGTBI...
¿Cuál será la primera iniciativa que impulsará si logra su escaño?
La iniciativa que más me gustaría es un tren social público para Araba, que con un esfuerzo económico y un impacto ambiental mucho menores podría conectar Burgos, Álava y Navarra, Miranda con Altsasu, dando un buen servicio a los pueblos del territorio. Sería una solución muy interesante para el transporte público, porque ya sabemos los problemas que tiene ÁlavaBus. Y porque consideramos que el TAV no es una solución.
Pese a lo que aseguran sus dirigentes, ¿ve al PSOE capaz de abstenerse para facilitar un gobierno del PP?
Capaces son. Si hacemos un poco de memoria, el PSOE se abstuvo para hacer a Mariano Rajoy presidente, con todo lo que supuso para el propio partido, y después intentó un acuerdo con Albert Rivera para que fuera su vicepresidente. Finalmente el PSOE pactó con Unidas Podemos porque no le quedó otro remedio, y eso no se nos olvida. Por eso hay que recordar, también a la base y simpatizantes del PSOE, que el único voto que va a garantizar la reedición del gobierno de coalición es a Sumar.
Es músico de formación y nunca ha ostentado un cargo público. Una ‘rara avis’ en esta campaña.
Es un reto personal que afronto con ganas y con ilusión. Pero no haber estado nunca en un cargo institucional tiene sus ventajas, como el contacto con la gente. Cuando uno lleva mucho tiempo pisando moqueta es fácil perder referencia.
¿Le sorprendió su elección?
Sí que fue una sorpresa, pero he sentido el respaldo de la militancia de Álava. Y eso es lo que realmente me animó a dar ese paso.
