Uno de los ámbitos profesionales en los que la igualdad de género y la presencia de la mujer presenta aún un preocupante déficit es el de la ciencia y la tecnología. Este desequilibrio es sumamente perjudicial para el objetivo compartido de lograr la igualdad plena y, como consecuencia directa, para el propio desarrollo social y económico de cualquier país. Tal y como establecen las Naciones Unidas, el acceso y la participación plenos y en condiciones de igualdad en todos los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas –las denominadas áreas STEM, por sus siglas en inglés– para las mujeres y niñas de todas las edades son imprescindibles para lograr la igualdad entre géneros y el empoderamiento de la mujer y la niña. En este contexto es en el que la ONU declaró en 2015 el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el objetivo de reconocer y reivindicar el papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y tecnológica, visibilizar su labor en estos campos e incentivar su participación plena y equitativa, así como mostrar referentes femeninos con el fin de despertar vocaciones en estas áreas, históricamente copadas por los hombres. Pese a que cada año va aumentando el número de mujeres que acceden a las disciplinas STEM, su invisibilización –en muchos casos, ensombrecidas de manera injusta por varones con menos o, en el mejor de los casos, igual talento y capacidad– y la mayor dificultad –al igual que en muchos otros ámbitos profesionales– para ascender a puestos más cualificados o directivos impiden que niñas y jóvenes tengan modelos femeninos de referencia en los que mirarse. Ninguna sociedad puede asumir esta muestra de desigualdad que objetivamente empobrece el mundo de la ciencia y la innovación al perder pluralidad de perspectivas y de creatividad y, por ende, debilita y dificulta el progreso. Es un déficit inasumible que debe atajarse por parte de gobiernos, universidades y empresas mediante el fomento real de las vocaciones entre las nuevas generaciones de mujeres mediante el impulso del espíritu innovador y una mayor visibilización a nivel social de los referentes femeninos, para lo que también es necesario favorecer la igualdad de oportunidades en espacios que pertenecen a las mujeres por pleno derecho.