El Tribunal Supremo de Estados Unidos, de mayoría conservadora gracias a Donald Trump, ha tumbado el derecho a interrumpir el embarazo del que disfrutaban las mujeres de aquel país desde hace cincuenta años. Se ha hecho oficial el fallo que ya se filtró a principios de mayo, pero no por eso el impacto, que sin duda trasciende a la sociedad norteamericana, ha sido menor. Con esta decisión, el tribunal despoja al aborto de su anclaje constitucional y deja su regulación en manos de los legisladores de los estados de la unión, que ahora tienen vía libre para prohibirlo. De hecho, ya hay una veintena de estados con proyectos de ley listos para ilegalizar la norma que desde 1973, cuando el famoso fallo de Roe contra Wade que ahora ha eliminado el Supremo, permite a las mujeres estadounidenses interrumpir el embarazo sin restricciones en los primeros tres meses de gestación. El resultado es una herencia de la época de Donald Trump, que no solo atenta contra la libertad reproductiva de las mujeres, sino que añade más división a una sociedad gravemente fracturada tras el mandato del polémico presidente republicano. El fallo solo afecta a Estados Unidos, pero sería ingenuo pensar que su eco no va más allá de sus fronteras. Sin duda, la eliminación de este derecho en el país que se considera vanguardia de la democracia es un estandarte al que se pueden aferrar colectivos y formaciones ultras en tiempos en los que progresan las ideas ultraconservadoras mientras las democracias se debilitan. Se trata de una sentencia preocupante también para Euskadi, que como el resto del Estado aguarda el pronunciamiento del Tribunal Constitucional al recurso que hace ya doce años planteó el PP a la ley de plazos del gobierno de Rodríguez Zapatero, hoy en día vigente. Porque al igual que en EEUU, también en España es la mayoría conservadora la que lleva el timón de la justicia, razón por la que conviene estar alerta ante una causa que había fijado resolver el recurso después de las elecciones andaluzas. En este contexto, adquieren plena actualidad y sentido profético las palabras que dijo Simone de Beauvoir: “No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”. l