uskadi está “en un momento muy preocupante de expansión del virus”. La constatación realizada por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, es lo suficientemente descriptiva de la delicada situación epidemiológica en la que se encuentra la comunidad autónoma vasca, extensible también a Nafarroa. La sexta ola del covid-19 continúa su avance imparable, batiendo récords de registros no alcanzados durante toda la pandemia, que dura ya más de 21 meses, sin que por el momento se atisbe que se esté alcanzando el pico de la sexta ola. Es verdad, como explicó también Sagardui, que estamos en el peor momento de expansión del virus pero no de la pandemia, debido tanto a la masiva vacunación como al mejor conocimiento del virus y a la óptima preparación actual de los profesionales sanitarios. Con todo, el tensionamiento del sistema es ya una realidad y está obligando a Osakidetza a alterar y priorizar sus actuaciones, con la incógnita de la incidencia que tendrá la variante ómicron, detectada ya en Euskadi con seis casos confirmados, y el riesgo de su altísima transmión. En este contexto, es, de nuevo, obligado apelar a la responsabilidad de las administraciones públicas y de la ciudadanía en general. Las acciones de prevención (uso de mascarillas, higiene de manos, ventilación y distancia social evitando las aglomeraciones) están resultando insuficientes para atajar la expansión del virus, aunque la vacuna está salvando muchas vidas. La inoculación que arranca hoy mismo para los niños puede resultar determinante, porque es precisamente en este sector en el que se está produciendo una mayor extensión del virus, que posteriormente puede propagarse en el ámbito familiar. De ahí la vital importancia de que Euskadi vuelva a demostrar su alto nivel de responsabilidad y solidaridad mediante una vacunación de los niños al menos tan extensa como la que se ha producido en los adultos. Por otra parte, el aval del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) a la ampliación del pase covid a otros ámbitos más allá del ocio nocturno -incluyendo ahora toda la hostelería, hospitales, residencias, conciertos, etc.- permite también contar con una medida proporcionada e idónea para cortar la alta transmisión del virus. De la responsabilidad de los profesionales y de la ciudadanía depende lograrlo, con las Navidades y su alta interacción social llamando ya a la puerta.
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