"Un mundo incierto, volátil, es un mundo de oportunidades para las empresas"
Jesús Valero, director general de Tecnalia, preside desde abril la principal asociación europea para la investigación y la tecnología, EARTO
Tecnalia ha revolucionado esta semana la feria +Industry con su robot que habla euskera. También acaba de presentar un novedoso electrolizador capaz de ensayar diferentes tecnologías para la producción de hidrógeno, una de sus grandes apuestas. En un contexto de incertidumbre y grandes transiciones, el centro vasco de investigación quiere anticiparse a las necesidades de las empresas y ayudar en su adaptación a los retos del futuro.
Vivimos momentos críticos. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las empresas vascas?
Claramente, uno es anticiparse a un futuro que es incierto. Para eso existimos centros como Tecnalia, anticiparnos nosotros, equivocarnos, de vez en cuando acertar y ayudarles a ir más rápido. La otra clave es tener velocidad, ser capaz de adaptar las tecnologías a cada empresa de la manera más rápida posible. Y luego está el talento, la escasez de talento mejor dicho, y en cómo ser capaz de generar talento con conocimiento que luego pueda ser transferido a la industria.
Generar y retener el talento, ¿no?
Sí, bueno, a mí la palabra retener talento no me gusta mucho, es una expresión que tiene una connotación un poco negativa. Yo creo que al talento hay que darle el entorno para que decida que el sitio en el que está es donde quiere estar. Parte de nuestra función es formar ese talento y luego transferirlo a la industria vasca.
Uno de los objetivos que se han marcado es impulsar la “soberanía tecnológica” de las empresas.
No hay ninguna empresa en el mundo que sea soberana tecnológicamente, pero sí que hay tecnologías clave en donde tienen que serlo. Yo creo que hay que darle a las empresas todo aquello que necesitan para poder ser competitivas. Quizá este mundo de incertidumbre ha venido para quedarse, pero la incertidumbre tiene también algo positivo y es la oportunidad. Cuanta más incertidumbre hay, también hay más oportunidades. Nosotros tenemos que ayudar a las empresas a entender que un mundo incierto, un mundo volátil, es un mundo de oportunidades y que muchas de esas oportunidades están en la tecnología. A veces hay que tomar ciertos riesgos, pero el premio, si aciertas, es muy grande. Eso es lo que tratamos de transmitir al tejido industrial.
La descarbonización es uno de los grandes retos del momento actual. Se habla mucho últimamente de descarbonización inteligente, es decir, una descarbonización que no ponga en riesgo la competitividad. El equilibrio no parece fácil.
El equilibrio no es fácil. No podemos bajar los brazos en la pelea contra el cambio climático. El fondo no es negociable, pero sí lo son los ritmos y las formas. Y ahí tenemos que ser es inteligentes y tenemos que hacer compatible ambas cosas. Hacer compatible el desarrollo económico, porque estamos en una carrera con otras grandes regiones del mundo, pero sin perder de vista que tenemos que reducir nuestra huella de carbono. Si Euskadi se posiciona en tecnologías de descarbonización de una manera relevante, surge una de esas oportunidades. Es convertir un problema en una oportunidad, porque quien desarrolle tecnologías alrededor del cambio climático las va a poder usar y también vender al resto del mundo, lo que nos va a hacer más competitivos. Para mí esa es la clave para un territorio pequeño como el nuestro. Somos dos millones en un mundo de ocho mil millones de habitantes. Las oportunidades están fuera. Aquí hay un tejido importante de empresas que están aportando a esa descarbonización. Si somos capaces de desarrollar soluciones de descarbonización, probarlas rápidamente en nuestro tejido industrial y venderlas, entonces habremos tenido éxito.
"Si Euskadi se posiciona en tecnologías de descarbonización de una manera relevante, surge una de esas oportunidades"
En Euskadi estamos a la cola de Europa en renovables, dicho por el consejero de Industria, Mikel Jauregi. Y siguen sin tener buena acogida.
Las renovables son una solución fantástica para resolver el problema de la descarbonización y el cambio climático. No son la única solución, pero sí una parte relevante. A veces no hay soluciones mágicas y exige pagar un cierto precio.
¿Qué supone para Euskadi que usted presida la Asociación Europea de Centros Tecnológicos?
Un reconocimiento a que en Euskadi se están haciendo las cosas bien. Creo que también es un reconocimiento a Tecnalia como organización, que se ha ganado durante los últimos años un prestigio a nivel europeo. Somos un centro con el que los grandes centros europeos quieren colaborar y eso se consigue gracias al trabajo de 1.500 personas. Y supone poder influir para que las decisiones que se tomen en Europa sean las mejores también para Euskadi. También recoger mucha información de qué va a venir en Europa y preparar a Euskadi para ello, preparar al tejido industrial, a la red vasca de ciencia y tecnología.
Asegura que Europa está en una encrucijada. ¿A qué se refiere?
Creo que Europa ha perdido competitividad y la ha perdido porque no tenemos tanta capacidad de innovación como otras regiones del mundo. Yo creo que por dos razones, una porque algunas de ellas invierten más que nosotros en innovación; hay varios países del mundo que están por encima del 3% del PIB, incluso casi en el 5% de inversión en I+D. Europa está en el 2,2% o 2,3%. Deberíamos mantener el objetivo de llegar al 3% cuanto antes y luego incluso ir más allá. Y no solo importa cuánto se invierte, sino cómo. Una cosa que hacen muy bien algunos países que están ganando mucho en competitividad es invertir en un mix correcto de innovación, manteniendo un equilibrio entre la investigación básica o fundamental y la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico, el desarrollo experimental. Quizás Europa ha puesto más el foco en la investigación básica que en el desarrollo experimental.
"Europa ha perdido competitividad porque no tenemos tanta capacidad de innovación como otras regiones del mundo"
¿Y Euskadi?
Somos una región, un territorio que tiene un bastante mejor equilibrio que otras regiones. Invertimos más del 2,3% de nuestro PIB en innovación y esto va a seguir creciendo. Pocas regiones tienen un ecosistema tan completo como el que tiene Euskadi, con una red vasca de ciencia y tecnología muy potente, con una investigación básica también potente, con una industria muy innovadora, muy tecnológica, que exporta muchísimo. Además, con una visión muy compartida en el país de que esto nos atañe a todos, que lo público y lo privado tienen que colaborar.
En enero, la Comisión Europea hacía público un documento, ‘Una brújula de competitividad para la UE’. En él hablaba de ese equilibrio entre competitividad y descarbonización, de impulsar las startups y scaleups y de la importancia de promover la movilidad de los trabajadores cualificados y su retención en el continente, entre otras cuestiones. El diagnóstico parece claro.
El diagnóstico de Europa es claro, ahora hay que acertar con las medidas. La Comisión Europea está preparando el fondo multianual. Ahí nos jugamos mucho, porque ahí es donde decidimos cuál es la apuesta de Europa para los siguientes años. Yo creo que va a haber una concentración en menos temáticas muy críticas; la seguridad de la energía es una, la digitalización es otra, pero yo creo que falta ver las herramientas que decide poner en marcha. El programa marco de investigación es un elemento clave, Europa tiene el mejor programa de investigación del mundo y hay que seguir haciéndolo crecer, hay que orientarlo hacia una investigación más aplicada, hay que seguir empujando a las startups europeas. En Europa somos muy buenos generando startups, pero no tan buenos haciéndolas crecer. Necesitamos impulsar lo que se llaman los scaleups, el crecimiento de las startups a la siguiente fase.
Sobre Europea hay una queja generalizada, que es lenta.
Toda Europa coincide en que es necesaria una reducción de la burocracia y que se eliminen barreras a los desarrollos, pero sin perder de vista nuestros valores como región. Europa ha llegado hasta donde ha llegado en base a unos valores, que no son los de otras regiones del mundo y que tenemos que defenderlos. No vale tratar de ser competitivos a cualquier precio. Europa es una región muy social, es una región donde las personas importan, que tiene en consideración el medioambiente, el cambio climático, no podemos perder eso. Eso hace que probablemente sea más difícil para nosotros que para otras regiones, pero es que creemos que es esencial. l
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