El pistoletazo de salida al lunes negro que se ha vivido hoy en los mercados lo han dado las bolsas asiáticas que, encabezadas por los parqués de Japón, Corea del Sur y Taiwán, han abierto sus sesiones con desplomes significativos, unas caídas a las que se han sumado horas después las principales bolsas europeas y, finalmente, Wall Sreet. El motivo: el miedo a una recesión en Estados Unidos que se activó el pasado viernes tras la publicación de los datos de empleo de ese país. El pasado mes de julio, la primera potencia mundial creó 114.000 puestos de trabajo, una cifra que está por debajo de los 175.000 que esperaba el mercado. Además, la tasa de paró creció dos décimas, hasta el 4,3%.

Estos datos , que según los analistas podrían indicar un debilitamiento del mercado laboral, desataron el pesimismo y despertaron el miedo a que la Reserva Federal haya sido demasiado lenta a la hora de bajar los tipos de interés y que esto lleva al país a una recesión. Asimismo, ha aumentado la presión para que Jerome Powell, el presidente de la Fed, se sume a la senda emprendida por el Banco Central Europeo el pasado junio y ejecute la primera rebaja de tipos en su próxima reunión de septiembre.

A este factor se unen los resultados decepcionantes de algunas compañías tecnológicas y la subida de los tipos de interés en Japón, que ha llevado a los inversores que se habían endeudado en yenes para invertir en otros activos más rentables a venderlos para liquidar su deuda.

Las bolsas de Asia han sido las primeras que han desatado el pánico: el Nikkei 225, el principal índice de la bolsa de Tokio, se ha desplomado un 12,40% hasta los 31.458,42 puntos, anotando el segundo peor día de su historia, mientras que la bolsa de Seúl ha caído un 8,77% al cierre de las operaciones. En Taiwán, el principal índice de referencia de la Bolsa de Taipéi, el Taiex, ha cerrado con una bajada del 8,35% tras perder 1.807,21 puntos, lo que marca el mayor descenso en una sola sesión en su historia. Las tecnológicas isleñas, arrastradas por las estadounidenses, han sido las más perjudicadas: los títulos de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el mayor fabricante de chips del mundo, han perdido un 9,75% al término de la sesión, al igual que Hon Hai (Foxconn), ensamblador de numerosos productos de Apple, cuyos papeles han retrocido un 9,92%.

En menor medida, las bolsas de Hong Kong, Shanghái y Shenzhen también han cerrado en números rojos, con pérdidas respectivas del 1,46%, el 1,54% y el 1,85%. El impacto amortiguado en estos parqués se debe en parte al carácter predominantemente doméstico sobre todo de las bolsas de China continental, y a la subida del yuan, la divisa nacional, que permitiría al banco central de la segunda economía mundial más margen para la flexibilización monetaria.

Aterrizaje forzoso

Las caídas empezaron el pasado viernes pero se han vuelto más violentas después del hundimiento de la Bolsa nipona. Así, en Europa y Estados Unidos, el desplome de los mercados ha marcado también la jornada; por ejemplo, el Ibex 35 ha bajado un 2,34%, el mayor retroceso desde marzo de 2023 –todos los valores de la bolsa española han terminado la sesión en rojo–. El analista Manuel Pinto explica que la volatilidad en los mercados se ha disparado a medida que han ido creciendo las preocupaciones sobre la economía estadounidense y ante los resultados de las principales empresas tecnológicas, que no han conseguido cumplir con las expectativas.

“Gran parte de la fortaleza que ha mostrado el mercado durante este año se ha apoyado en la confianza de un ‘aterrizaje suave’, donde los bancos centrales serían capaces de estabilizar la inflación sin llevar a la economía a una fuerte contracción”, explica. Sin embargo, los últimos datos conocidos en Estados Unidos la semana pasada, con las peticiones por subsidio por desempleo en máximos de casi un año y una subida del 0,5% en la tasa de desempleo, mientras que la producción industrial ha entrado en contradicción, han llevado a los inversores a pensar que la Fed podría haber esperado “mucho” para iniciar los recortes de tipos y que la economía del país podría enfrentarse ahora a un “aterrizaje forzoso”.