Es una solicitud constante desde principios de año. La banca recibe cada semana más peticiones, desde instancias oficiales, para una mejor remuneración de los depósitos, el producto financiero de ahorro más extendido entre los usuarios. A comienzos de esta semana, la vicepresidenta primera del Gobierno central, Nadia Calviño, instó a las entidades a “empezar a transmitir el beneficio de los tipos de interés” a los clientes. Aunque el sector se ha hecho el remolón durante los últimos meses, parece que la tendencia puede variar a corto plazo.

Dentro de la Eurozona, con una veintena de sectores financieros correspondientes a cada Estado, la banca española es la sexta que ofrece una retribución más baja a los depósitos, según los datos correspondientes a los contratos suscritos en abril. Las estadísticas del BCE indican que el interés a pagar al ahorrador fue del 1,41%, lejos de los porcentajes de Italia (3,08%), Francia (2,95%) o Bélgica (2,65%). La razón la explica Begoña Alfaro, delegada territorial en Euskadi y Navarra de EFPA España (Asociación Europea de Asesores Financieros): “Las entidades tienen acumulada ahora una gran liquidez y no tienen prisa por recompensar los depósitos. No creo que las palabras de Calviño les supongan mucha presión”. El propósito de remunerar el ahorro de los clientes no deja de ser, en última instancia, el de captar nuevo capital, algo que ahora mismo no constituye una necesidad perentoria para los bancos. “Estamos lejos de la guerra por el pasivo de hace una década. Además, en la banca se ha producido una gran concentración tras las fusiones, lo que ha reducido la competencia”, explica esta asesora.

Ante estas demandas, la banca expone sus propios argumentos. Fuentes conocedoras del mercado financiero auguran que la mejora de los rendimientos por depósitos ha empezado de forma “tímida” y crecerá “poco a poco”, a modo de fichas de dominó. “Si una entidad lo hace, lo más seguro es que la competencia se vea forzada a hacerlo también”, añaden. 

No obstante, las entidades quieren marcar sus propios ritmos y establecer sus prioridades empresariales. En este sentido, fuentes de Kutxabank prefieren poner el énfasis en que cada vez más clientes están apostando por opciones como carteras delegadas y fondos de inversión, algo que ratifica Begoña Alfaro. Hogares y empresas españolas tenían a fines del año pasado 1,41 billones en depósitos, frente a los 1,39 billones del año anterior, pero en el primer trimestre se han retirado de esos mismos fondos hasta 21.000 millones de euros, la cifra más elevada desde que hay registros. “Buena parte de ese dinero se ha destinado por parte de las familias a afrontar la inflación y a amortizar créditos hipotecarios, aunque también a generar ahorro en otras vías, como fondos de inversión pero sobre todo productos más conservadores, como la renta fija”, subraya la delegada territorial de EFPA España. Según los datos del Banco de España, la decisión de los bancos de apenas incrementar el interés de los depósitos les permitió ahorrarse hasta 3.250 millones de euros el año pasado. “Las entidades están ganando dinero por dos caminos: con el ahorro de lo que no se abona por esos depósitos y por la subida de los tipos de interés, que están incrementando las cuotas de las hipotecas a tipo variable”, explica Alfaro.

En efecto, el tipo de interés medio al que los bancos concedieron hipotecas en España volvió a subir en mayo y se situó en el 3,9%, el nivel más alto desde 2009, según datos de la Asociación Hipotecaria Española. Además, el Euríbor ya está por encima del 4%. El Banco de España calcula que en el Estado hay 10,8 millones de hogares con deudas bancarias, no solo hipotecarias. De ese total, casi el 14% entran dentro del grupo de los vulnerables; dedican el 40% o más de sus ingresos mensuales a satisfacer esos créditos. De momento, la buena marcha del empleo está teniendo como consecuencia que la morosidad bancaria no esté en niveles preocupantes.

Por su parte, el sector financiero se defiende aduciendo que el coste de financiación a pymes y a familias en Europa es superior al del Estado y que, cuando los tipos de interés estaban al 0%, tampoco se les trasladó esa desventaja a los clientes. 

Un informe del Banco de España que analiza la evolución del ahorro extraordinario acumulado por los hogares españoles desde la pandemia y elaborados por los analistas Pana Alves y Carmen Martínez-Carrascal destaca que una “proporción elevada” de ese capital se ha concentrado en los hogares con mayores ingresos y que, ante la escasa rentabilidad en los depósitos, algunos de ellos están optando por invertir en la compra de vivienda, un activo tradicional para el ahorrador con más posibilidades en España, más si cabe en un momento como el actual, donde el mercado de alquiler crece cada mes. “Una característica muy definida del inversor español es confiar en el ladrillo. Yo discrepo, porque la vivienda también tiene sus riesgos”, alerta Begoña Alfaro. De todo ello se hablará en la reunión del jueves entre Calviño y las patronales del sector bancario, en la que se dará a conocer también los resultados del Código de Buenas Prácticas de la banca con los deudores hipotecarios.