Desde hace dos décadas, las tecnologías digitales están teniendo un gran impacto en el empleo. También en perseguir las irregularidades que se producen en los espacios laborales. Así lo pone de manifiesto la Herramienta de Lucha contra el Fraude (HLF), el mecanismo utilizado por la Inspección de Trabajo del Departamento de Empleo del Gobierno vasco y que ha contribuido transformar y mejorar, en cinco años de uso, casi 30.000 contratos de trabajo en Euskadi. El uso de big data, con el cruce de datos extraídos de diversas bases estadísticas, constituye el eje principal de esta herramienta, en colaboración con la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, órganismo autónomo adscrito al Ministerio.

“La Herramienta está funcionando muy bien, logrando un porcentaje de transformación de contratos cercano al 60%”, explica la viceconsejera de Trabajo, Elena Pérez Barredo. Con algoritmos e Inteligencia Artificial, y aprendiendo mediante patrones previos de fraude, la HLF detecta posibles indicios de irregularidades en materia de contratación laboral, como “sobrepasar los plazos máximos de contratos temporales o la concatenación excesiva de los mismos”, expone Pérez Barredo.  Tras ese primer análisis, se envía una carta a la empresa implicada, que generalmente atiende al contenido de la misiva y sustituye el contrato temporal del trabajador por otro de carácter indefinido o a tiempo completo. 

La entrada en vigor de la reforma laboral ha dado una nueva orientación estratégica a la HLF, centrada en combatir anomalías en el campo de la contratación a tiempo parcial. “La reforma laboral ha supuesto un cambio cultural en el mercado laboral, con un aumento importantísimo de la contratación indefinida”, indica la viceconsejera. Ese incremento desplaza a las vinculaciones temporales, que pierden presencia en la esfera laboral, lo que, por tanto, hace menos necesaria la intervención de la Herramienta de Lucha contra el Fraude. “Las causas y circunstancias de los contratos temporales están ahora mejor estipuladas, lo que ha hecho que los planes de choque se redirijan a trabajar sobre otras modalidades, como los contratos parciales y los fijos discontinuos”, explica la viceconsejera.

CONTRATOS TRANSFORMADOS

El año pasado, la Inspección de Trabajo del Departamento de Empleo del Gobierno vasco revisó 25.948 contratos dentro de su Plan de Choque contra el Fraude en la Contratación y de sus actuaciones ordinarias, y de los cuales 8.760 fueron transformados en indefinidos y a tiempo completo. La entrada en vigor de la reforma laboral el año pasado ha supuesto un descenso en la contratación temporal y un crecimiento en la indefinida, aunque la Inspección continúa supervisando que el trabajo a tiempo parcial se adapte a los supuestos incluidos en la legislación laboral.

En el caso de los primeros se examina si el índice de temporalidad en la empresa, así como el número de horas complementarias, rebasan los niveles legales, mientras que en lo que atañe a los fijos discontinuos se revisa si la fijeza real del personal es igual o superior al 85%. En estas situaciones, la Inspección de Trabajo actúa de nuevo, con el envío en primera instancia de una carta, dando un mes de plazo para subsanar la irregularidad apreciada. Pasado ese límite, y de no mediar actuación, la Inspección de Trabajo determina si se inicia expediente sancionador contra la empresa. No obstante, Pérez Barredo aclara que la Inspección de Trabajo “tiene una función correctora, no punitiva. Solo el 10% de las actuaciones acaban judicializadas. La sanción es lo último que queremos”, subraya.

Además de la labor de la Herramienta de Lucha contra el Fraude, enfocada en los planes de choque en materia de contratación temporal y parcial, la Inspección de Trabajo realiza también revisiones ordinarias con los mismos objetivos. Así, por ejemplo, el año pasado, hubo 25.948 contratos revisados por la Inspección de Trabajo, de los cuales 8.760 contratos fueron transformados en indefinidos. De ellos, 5.733 como consecuencia del plan de choque y el resto en el marco de la labor habitual. Para la viceconsejera, “no hay un sector especialmente defraudador ni que haga peor las cosas aunque sí hay ocupaciones que requieren de contrataciones distintas y, en este sentido, la estacionalidad de la labor es la que marca, por ejemplo, que se necesiten más o menos trabajadores fijos discontinuos. En Euskadi no llega al 4% de los contratos que son de fijos discontinuos, y se dan sobre todo en el ámbito de la educación. Contamos con una estructura económica basada en grandes empresas industriales, con un alto nivel de cumplimiento normativo”.

Además de su cometido en el panorama de la contratación, la Inspección de Trabajo de Euskadi desarrolla también campañas en aspectos como siniestralidad laboral, igualdad de género, incumplimientos salariales, registros horarios, condiciones de trabajo, riesgos psicosociales, subcontratación, control de EREs y atención a trabajadores discapacitados, entre otras. “La Inspección de Trabajo tiene que ser conocida por las empresas, pero también es importante que la conozcan los propios trabajadores, de manera que sepan que pueden acudir a ella para defender sus derechos”, expone la viceconsejera Pérez Barredo. A este respecto, recalca la “importancia” de contar con un buzón anónimo de lucha contra el fraude, en especial para recabar todas aquellas procedentes de pequeñas empresas. “Si esa denuncia tiene visos de verosimilitud se envía a la Inspección de Trabajo para que actúe”, indica. Para este año, una de las campañas previstas incluye intensificar las actuaciones en seguridad y salud como consecuencia del incremento de la plantilla de inspectores y subinspectores.