El 46% de la miel importada a la Unión Europea no cumple la normativa comunitaria, según un estudio de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y el Centro de Investigación Conjunta de la UE, que elevan esa cifra hasta el 74 % en el caso de las importaciones desde China y al 93 % de Turquía.

El estudio, publicado este jueves, se basa en el análisis de 320 muestras y eleva significativamente las sospechas respecto a un informe precedente que situaba en el 14 % las existencias que no respetaban la Directiva de Miel.

Los datos arrojan una fotografía incluso más dudosa de la miel importada del Reino Unido, con una tasa de sospecha del 100 %, aunque "probablemente como resultado de la miel producida en otros países y luego mezclada en el Reino Unido antes de su reexportación a la UE".

En conjunto, más de la mitad (57 %) de los operadores controlados habían exportado miel sospechosa de estar "adulterada con azúcares extraños".

La Comisión Europea ha investigado hasta la fecha a 44 operadores y 7 han sido sancionados, agregó el Ejecutivo comunitario.

En concreto, esas malas prácticas se refieren al uso de jarabes de azúcar para adulterar la miel y abaratar su precio, tanto en países no pertenecientes a la UE como en el territorio comunitario, así como a análisis en laboratorios para adaptar sus mezclas a los controles y no ser detectados por clientes y autoridades.

El análisis identificó también el uso de aditivos y colorantes y prácticas para enmascarar el origen geográfico de la miel y su trazabilidad.

"Basado en todo esto, hay una fuerte sospecha de que gran parte de la miel importada de países de fuera de la UE" y que el Centro de Investigación Conjunta "consideró sospechosa de estar adulterada permanece presente y sin ser detectada en el mercado de la UE", agregó la Comisión Europea.