- La reunión ayer entre Siemens Energy y el Gobierno Vasco dejó posiblemente el mensaje más tranquilizador que cabía esperar. El objetivo de la casa matriz de Gamesa es “estabilizar” la estructura financiera de la compañía vasca y los trabajadores “no son el problema” para alcanzar esa meta. Así se lo trasladó el CEO de la división energética de Siemens, Christian Bruch, a la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia

En un escenario marcado por varios gestos de la multinacional alemana desde la salida de Iberdrola del accionariado que abren distancias con la raíz vasca de la empresa, Bruch aseguró que no contempla en estos momentos un ajuste laboral. Hay oportunidades de crecimiento, pero es necesario cambiar el esquema del capital social para aprovecharlas. Todo ello sin tocar la tecla de la reducción de personal.

Las relaciones entre el Gobierno Vasco y el fabricante de aerogeneradores se han enturbiado desde que el control de la compañía ha quedados en manos de los socios alemanes y se ha diluido el peso de Euskadi en la toma de decisiones sin estridencias pero de forma constante. De modo que, con todas las reservas, la lectura entrelíneas de las declaraciones de Arantxa Tapia tras el encuentro con Christian Bruch, rebajan en cierta medida la incertidumbre generada por el último giro pilotado desde Berlín: la OPA de exclusión bursátil sobre las acciones que no están en manos de Siemens.

Cuando se materialice la operación, la matriz alemana tendrá en sus manos el 100% del capital y control absoluto sobre la división eólica para tomar las decisiones que considere oportunas. Sin embargo, ayer reiteró su intención de mantener el arraigo de la compañía en Euskadi y su voluntad de no trasladar al conjunto de la plantilla el ajuste estructural que acometerá en el área ejecutiva.

La multinacional no quiso hacer comentarios sobre el contenido del encuentro. Sí lo hizo el Gobierno Vasco. En una nota de prensa, la consejera de Desarrollo Económico afirmó que la conversación con la cúpula de Siemens Energy fue “cordial y muy directa”. Es más, a su juicio, “los mensajes transmitidos por el Gobierno hacia la compañía y la compañía hacia el Gobierno fueron directos y francos”. Las pérdidas que acumula los últimos trimestres Siemens Gamesa le obligan a reaccionar, pero la clave es estabilizar el capítulo de las finanzas de cara a “asumir y trabajar en un nuevo mercado que está lleno de oportunidades”.

Tapia destacó asimismo que el “mensaje importante” de la empresa es que les ha transmitido que, en esa mejora de la gestión de la compañía, “los trabajadores no son el principal problema que tiene”. Por ello, desde el Gobierno, le trasladaron a la empresa que la transmisión de la información y la transparencia hacia la plantilla es “muy importante”.

La visita del CEO de Siemens Gamesa a Euskadi había generado expectativas de una reunión con el comité, finalmente será el próximo 15 de junio, dentro de tres semanas, cuando los trabajadores conozcan de primera mano la estrategia de la compañía. La consejera quiso también explicar al CEO de Siemens Energy las capacidades del ecosistema productivo de Euskadi y le mostró su disposición a colaborar y trabajar para “mejorar la situación que tienen en estos momentos”.

Por último, Tapia insistió en que, por parte de Siemens Energy, el principal foco va a estar “en estabilizar la compañía, prepararla para el futuro” y que la masa salarial, incluidas las más de 400 personas que trabajan para la compañía en Euskadi no son un obstáculo en esa estrategia. Hay que trabajar “en otros ámbitos mucho más relevantes en este momento”, subrayó Tapia tras el encuentro.

La empresa alemana, aunque no quiso valorar el encuentro, dejó varias señales positivas. La primera que fue el consejero delegado de Siemens Energy, la compañía que absorberá la división eólica cuando se materialice la OPA, el encargado de explicar al Gobierno Vasco sus intenciones. Lo que, en principio, refuerza el barniz vasco de Gamesa.

Además, a la espera de que se materialice la operación, todavía sujeta a aprobación del supervisor del mercado, la empresa alemana apunta a que no tiene intenciones de dar una vuelco a su filial vasca. La industria eólica es una de las principales palancas de crecimiento del sector energético y la multinacional no va a renunciar a la parte del pastel que le corresponde. l