- El Banco Central Europeo lo advirtió el jueves y las entidades financieras parecen haber tomado nota . El organismo que dirige la política monetaria de la Eurozona ha alertado de que los precios se disparan por la guerra en Ucrania, un aviso que ya está teniendo consecuencias concretas en el panorama bancario. Un reciente informe del Banco de España constata que las condiciones para la concesión de créditos a empresas y hogares se endurecerán en el segundo trimestre del año, una tendencia que podría acentuarse si, como parece, el BCE cesa en las compras de deuda pública a partir del segundo semestre del año.
La Encuesta sobre Préstamos Bancarios del Banco de España analiza los criterios de aprobación de los créditos y préstamos tanto a compañías como clientes particulares en los tres primeros meses del año. En el caso de las empresas, los criterios de concesión de préstamos a las empresas “se habrían endurecido”, en un contexto de “mayor incertidumbre, problemas de abastecimiento de algunos productos y aumento de los costes energéticos y de otras materias primas”, con la guerra en Ucrania como principal desencadenante, aunque no único, de todos estos obstáculos. La alta inflación existente desde finales del año pasado, que eclosionó en los dos primeros meses del presente año, también se está convirtiendo en una importante barrera.
El estudio subraya que los criterios de concesión a las empresas se endurecieron en el primer trimestre “de forma moderada”, aunque no de igual manera, ya que las condiciones se hicieron más severas para las pymes. De cara al segundo trimestre, las entidades financieras españolas encuestadas para el informe anticipan “un nuevo endurecimiento de los criterios de concesión y un leve descenso de la demanda, lo que en gran medida estaría influido por un aumento de la incertidumbre asociado al impacto que la guerra en Ucrania podría provocar sobre la actividad económica”, proclama el informe del supervisor del sistema bancario español.
La otra vertiente en la que se centra el documento tiene que ver con los créditos a los hogares. En este sentido, el estudio destaca que la demanda de préstamos por parte de las familias se incrementó en los tres primeros meses del año debido a un “aumento de la confianza de los consumidores” por las perspectivas de recuperación de la economía.
En este campo, el regulador distingue entre el crédito a la vivienda y el destinado a bienes de consumo. En el primer apartado, y atribuible a la creciente intención por la compra de vivienda y al reducido nivel de los tipos de interés, “las condiciones generales aplicadas en estos préstamos se habrían relajado algo, como consecuencia principalmente de la fuerte competencia existente en este segmento”, indica la Encuesta. Por otra parte, en lo que se refiere al crédito al consumo de bienes y servicios, también subió la demanda por parte de los particulares, principalmente impulsada por “un mayor gasto en bienes de consumo duradero”, productos cuya adquisición quedó aplazada durante la pandemia.
Sin embargo, y como en el caso de las empresas, el panorama a partir de ahora también se oscurece. Las entidades prevén que los criterios de concesión de préstamos “se endurezcan ligeramente”, y anticipan “un leve descenso de la demanda”. Estas tendencias se verán seguramente afectadas por la decisión del BCE de dejar de comprar deuda pública a partir del segundo semestre, lo que provocará un “ligero efecto negativo” sobre la liquidez de bancos y cajas, así como un “cierto efecto contractivo” en la oferta crediticia.
“Para el segundo trimestre, las entidades esperan una contracción de la oferta de crédito”
Autores de la Encuesta de Préstamos