La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en marzo en el 7,5%, frente al 5,9% registrado en febrero, en lo que supone el mayor encarecimiento de los precios en la región del euro de toda la serie histórica, según la lectura preliminar del dato realizada por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat.
Según la oficina estadística comunitaria, la escalada de los precios de la zona euro en el tercer mes de 2022 responde a la subida interanual del 7,8% del coste de los alimentos frescos, frente al 6,2% del mes anterior, mientras que la subida del precio de la energía se aceleró al 44,7% desde el 32% de febrero.
A su vez, los servicios se encarecieron un 2,7% interanual, dos décimas más que en febrero, mientras que los precios industriales no energéticos subieron un 3,4%, frente a la subida del 3,1% del mes anterior.
Al excluir del cálculo el impacto de la energía, la tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en marzo en el 3,4%, frente al 3,1% del mes anterior, mientras que al dejar fuera también el efecto de los precios de los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente alcanzó un máximo histórico del 3% desde el 2,7% correspondiente a febrero.
Entre los países del euro, las mayores subidas interauales de los precios correspondieron a Lituania (15,6%), por delante de Estonia (14,8%) y de Países Bajos (11,9%), mientras que las subidas menos intensas se observaron en Malta (4,6%), Francia (5,1%) y Portugal (5,5%).
En el caso del Estado español, la tasa de inflación armonizada se situó en marzo en el 9,8%, frente al 7,6% de febrero, lo que implica un diferencial de precios desfavorable respecto de la zona euro de 2,3 puntos porcentuales, frente a los 1,7 puntos del mes anterior.
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, advirtió ayer de que la inflación seguirá subiendo a corto plazo, aunque confía en que "tocará techo en dos o tres meses".
En su intervención en un coloquio organizado por la Universidad de Ámsterdam, el economista explicaba que el dato de inflación de marzo será el primero en el que se haga evidente el impacto de la guerra en Ucrania, por lo que anticipó que la subida de los precios en la eurozona seguirá ganando impulso en los próximos meses, aunque expresó su esperanza de que "la inflación tocará techo en dos o tres meses".
PROYECCIONES DEL BCE
En sus últimas proyecciones macroeconómicas, el Banco Central Europeo (BCE) elevó sustancialmente su pronóstico de inflación a causa de la invasión rusa de Ucrania, anticipando que en el peor escenario los precios en la eurozona podrían subir hasta el 7,1% en 2022, frente al 5,1% del promedio en el escenario base.
De este modo, en su escenario más probable, el BCE contempla que la tasa de inflación para la eurozona se situará en el 5,1% en 2022 y en el 2,1% en 2023, cuando en diciembre anticipaba subidas de precios del 3,2% y el 1,8%, respectivamente. Para 2024, la institución prevé una tasa de inflación del 1,9%, una décima más que lo previsto en diciembre.
Sin embargo, dada la gran incertidumbre que rodea al impacto del conflicto en Ucrania en la economía de la zona del euro, además del escenario base, el BCE ha preparado un escenario "adverso" en el que la inflación subiría un 5,9% este año y un 2% y un 1,6% los dos siguientes años, respectivamente.
Asimismo, en un "escenario severo", el BCE anticipa una escalada de la inflación hasta el 7,1% en 2022 y una moderación de la subida de precios al 2,7% el próximo año y el 1,9% en 2024.