El Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco destinará este año 25 millones de euros al Programa Bilakatu de ayudas a empresas afectadas por el covid-19, que realicen actuaciones de diversificación y/o relocalización de actividades en Euskadi, desarrollando nuevas capacidades en líneas de negocio, productos, servicios y mercados.

Según recoge la convocatoria de ayudas contempladas en Bilakatu 2022, tanto grandes empresas como pymes pueden presentar hasta el próximo 6 de mayo sus solicitudes para percibir subvenciones a fondo perdido de hasta 1 millón de euros por compañía o grupo empresarial. La dotación máxima equivaldrá al 10% de la inversión susceptible de apoyo en el caso de las grandes empresas y del 15% para las pymes.

Bilakatu 2022 busca hacer frente a las graves consecuencias derivadas de la pandemia del covid-19, mediante el otorgamiento de subvenciones a fondo perdido a las empresas que realicen inversiones productivas en Euskadi, dirigidas a la diversificación de la actividad de la empresa hacia nuevas líneas de negocio, productos, servicios o mercados y/o dirigidas a procesos de "reshoring" o relocalización de capacidades en esta comunidad autónoma que hasta el momento se encontraban deslocalizadas en otros puntos geográficos fuera de la Unión Europea.

Las acciones susceptibles de ayuda deberán realizarse durante el año en que se presenta la solicitud, desde el 1 de enero de 2022, y hasta el 31 de diciembre de 2023, en función de sus características y de sus planes empresariales. Se podrá conceder una única prórroga en la ejecución de las inversiones a realizar, hasta un máximo de 6 meses, siempre que las razones alegadas así lo justifiquen.

INVERSIÓN MÍNIMA

Las grandes empresas deberán alcanzar una inversión admitida mínima de 1,5 millones de euros y mantenimiento de empleo, mientras las pymes deberán llevar a cabo una inversión admitida mínima de 200.000 euros, también con mantenimiento de empleo.

Se considerarán también las inversiones de las empresas que no alcancen los citados mínimos de inversión, siempre que generen un mínimo de 25 empleos netos, en el caso de las grandes empresas, y un mínimo de cinco empleos netos, en el caso de las pymes.

Los recursos propios de la empresa, excluidas las subvenciones, deben alcanzar, al menos, el 25% del importe de la inversión considerada subvencionable. Tanto las inversiones como la creación de empleo a considerar deberán realizarse por una sola entidad jurídica.