- Villate destaca que las empresas aeronáuticas vascas, a pesar de la reestructuración de plantilla de los últimos años, trabajan para mantener el empleo en Euskadi.

¿Mejoró en 2021 la facturación de las empresas asociadas a Hegan?

—Los datos oficiales de 2021 aún no los tenemos, los recogemos entre febrero y abril y los presentamos en la asamblea general, que suele ser en junio. Sin embargo, tenemos la referencia de los datos de pasajeros, que luego se traduce en datos de ventas. El sector sigue sin alcanzar las cifras prepandemia, el tráfico de pasajeros ahora mismo está el 68% respecto a cifras precovid. Esto sigue generando retrasos de pedidos y de ventas. Tenemos una reducida actividad comercial en aeronáutica civil. Eso se traduce en los programas de largo recorrido, que no alcanzan ni el 50% de los datos prepandemia, y en los de medio o corto alcance estamos un poco por encima del 55%.

Malas noticias para las ventas.

—El impacto por supuesto se traduce directamente en los ingresos, en los márgenes de beneficios y por lo tanto aumenta el endeudamiento de las compañías. Las estimaciones para 2021 no son oficiales, pero probablemente se acerquen a cifras de facturación y empleo de 2020, que cayeron respecto a 2019.

La recuperación debe esperar.

—Las previsiones de los grandes fabricantes son optimistas en cuanto al largo plazo. Seguimos vaticinando cifras de construcción de 40.000 aviones comerciales nuevos para los próximos 20 años, pero en cualquier caso nos quedan unos años todavía de crisis. A corto plazo se prevé que en torno a 2024 se recuperen las cifras de aviación comercial de medio alcance. Para el año 2026 se recuperará para programas aeronáuticos civiles de largo recorrido.

¿Les afecta la crisis de suministros?

—Sí, como cualquier sector industrial estamos afectados. Nos encontramos una escasez en ciertas materias primas y un consecuente aumento de precio, al que se añade el incremento del coste transporte marítimo por la incapacidad de atender la demanda. Los motivos ya los conocemos: acumulación de stocks por parte de los productores, acaparamiento de muchos compradores, acumulación de pedidos de los últimos meses tras la parada de la pandemia. No tenemos los datos del impacto económico en los socios de Hegan, pero se vaticina que los próximos meses seguiremos con escasez de materias primas y aumento de precios. Se prevé, según algunos expertos, que esa situación se prolongue hasta el segundo semestre del año, esperemos que no vaya más allá, porque se prevé una situación muy tensionada en ciertas materias. No nos afecta tanto como a otros sectores, pero si en algunas materias primas.

¿En qué materias se está notando?

—Ciertas aleaciones, aluminios, sobre todo. No hay tanto impacto por los chips, pero al final el tema de chips afecta al sector de la máquina herramienta y eso puede incidir en nuestro sector, que es manufacturero.

¿Qué expectativas generan los fondos europeos?

—Nuestro sector es estratégico para la economía. Es generador de empleo de alta cualificación, vector de transferencia a otros sectores y desarrollador de productos y servicios de alto valor añadido. Es fundamental el apoyo de las administraciones. Se está hablando mucho de los fondos europeos, pero, hasta ahora, directamente, lo que se ha conseguido con estos fondos para el sector aeronáutico es la aprobación del PTA, es el Programa Tecnológico Aeronáutico del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (Cedeti), gestionado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. El PTA ya ha concedido proyectos de I+D con una ayuda directa de más de 40 millones de euros que se ha traducido en proyectos con presupuestos de casi 80 millones de euros. Y están aprobadas ya para 2022 ayudas de 80 millones de euros y de 40 millones para 2023. Son fondos para proyectos de I + D + i de aeronáutica directo. Sí que ayuda, pero es de cara al futuro.

Necesitan apoyo en este momento.

—No hemos conseguido apoyo directo de los fondos europeos a proyectos diseñados para salir de la crisis actual. Por eso, Hegan insta a las administraciones, sobre todo a la central, a que sean capaces de gestionar estos fondos lo antes posible. Está el famoso PERTE aeroespacial, que ya ha sido anunciado por el Ministerio, pero del que no conocemos detalles. Pedimos por ello que apliquen medidas con visión a largo plazo y con estabilidad presupuestaria. No como el PTA, que sea más a largo plazo para evitar que la cadena de suministro se debilite aún más y permita competir de manera simétrica con otros países como Francia o Alemania, que sí tienen programas dedicados al sector.

¿Hay otras vías de apoyo?

—Agradecemos el esfuerzo de las administraciones vascas, que están siendo capaces de impulsar a la industria, no solamente al sector aeroespacial sino a otros sectores, a través de diversos programas de apoyo y son sensibles a los retos y las dificultades del sector que nos encontramos ahora mismo. Estamos trabajando con el Gobierno Vasco y con Spri para ver si podemos ayudar al sector aeroespacial de una manera más dirigida.

¿Se están reorganizando las empresas aeronáuticas vascas para afrontar los nuevos retos?

—Sí, está relacionado con nuestro plan estratégico. Efectivamente las empresas han tomado muchas medidas. En los primeros tiempos de la pandemia acudieron a los préstamos ICO y Elkargi para poder solventar los primeros meses de crisis, pero también se han reestructurado. Se ha perdido empleo, en torno al 10%. Pero los empresarios vascos están haciendo lo posible por mantener el empleo en Euskadi. Los puestos de trabajo que se han generado durante 30 años de historia del sector en el País Vasco. Otro reto, que está recogido en nuestro plan estratégico, es la diversificación. Siempre ha estado presente, pero no le habíamos dado mucha importancia. Ahora es uno de los retos más importantes de nuestro nuevo plan, que hemos reelaborado en plena pandemia. El reto de diversificación, no solamente para trabajar en otros sectores sino para trabajar en otros subsectores dentro del sector de la Aeronáutica y Espacio. En nuevos programas, en nuevos desarrollos. En lo que se está ahora trabajando de la nueva movilidad urbana, drones. Acogiéndose a todas las ayudas posibles que están a disposición para conseguir mantener cortante el conocimiento y a las personas, porque si perdemos eso no vamos a ser capaces de ser competitivos con otras empresas que si han conseguido mantenerlos.

Basado en la estrategia de I+D.

—Los planes de I + D, son importantes porque te dan visión de futuro y oportunidades para entrar en nuevos programas y desarrollo.

¿Qué claves hay en ese plan?

—En el plan estratégico, como vectores, retos, acompañan todo el proceso la digitalización, la sostenibilidad y los ODS, (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Son vitales para mantener la competitividad de las empresas, no son un mero adorno: No vamos a digitalizarnos porque sí o no vamos a ser sostenibles porque sí. No es un tema de marketing, es un tema de competitividad directo. Es algo crucial. Las empresas aeronáuticas y del espacio hasta la fecha han sido un sector que, aunque es altamente tecnológico, en digitalización quizás nos hemos quedado atrás respecto a otros sectores como automoción. Este es el momento de aprovechar las ayudas y de aprovechar la coyuntura para digitalizarnos al 100%. Y qué decir de la sostenibilidad. Nos enfrentamos al reto de la descarbonización, se está hablando de emisiones neutras para 2050, no solo en los sectores industriales, también en los productos de aeronaves. Y para ello tenemos unos años por delante de desarrollos de nuevos conceptos de aeronaves y de producción. Emisiones cero en el producto. En los aviones, pero también en la producción.

“En 2024 se recuperarán las cifras de aviación comercial de medio alcance, en 2026 se logrará para programas aeronáuticos de largo plazo”

“Las administraciones vascas están siendo capaces de impulsar a la industria, no solo al sector aeroespacial, también a otros sectores”