- La Comisión Europea presentó ayer su estrategia para disputar a China el liderazgo en la fijación de los estándares de nuevas tecnologías, en particular de productos vinculados a las transiciones ecológica y digital como las baterías o el hidrógeno sostenible.

El objetivo de Bruselas es contrarrestar los planes que Pekín desveló en octubre para convertirse en quince años en el epicentro del establecimiento de normas, regulaciones, protocolos de producción y otras características de aquellas tecnologías que serán clave para el futuro.

Pero el Ejecutivo comunitario desea también “liderar esos esfuerzos”, en especial en “ámbitos estratégicos” y prioritarios para el bloque, como son la transición hacia una economía libre de emisiones de gases de efecto invernadero o la digitalización.

En definitiva, la intención detrás de la estrategia, según resumen fuentes comunitarias, es estar “en la cresta de la ola” y que las compañías del bloque, en lugar de verse forzadas a aceptar las regulaciones del exterior, generen sus propios estándares y los exporten.

“Los estándares técnicos tienen una importancia estratégica. La soberanía tecnológica de Europa, su capacidad para reducir dependencias y la protección de los valores de la UE se asientan en nuestra habilidad para ser un actor que fije los estándares a nivel global”, destacó el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.

Bruselas subraya que los estándares son “el pilar silencioso” del mercado interior y la competitividad mundial, así como “un aspecto crucial para fortalecer la autonomía estratégica abierta de Europa” porque “terceros países están asumiendo cada vez más una posición asertiva” hacia la estandarización o normalización.

Así, la Comisión Europea remarca por ejemplo la necesidad de fijar estándares para la economía de datos, para asegurar la interoperabilidad de robots, coches autónomos o maquinaria, sobre la producción de hidrógeno verde o con respecto las características de baterías eléctricas.