- El director general de la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE), Fernando Soto, afirmó ayer en Santander que “la clave” del “problema mayúsculo” que afecta a toda la industria electrointensiva española desde abril, con unos precios tan altos que serán “inasumibles” de mantenerse en los próximos meses, la tienen las eléctricas, por lo que les ha pedido que ganen “un poquito menos” para que la industria “deje de seguir perdiendo”. Soto se pronunció así en el Foro SER Cantabria, donde ha hablado de la situación que atraviesa la industria electrointensiva, al mismo tiempo que la AEGE se reunía con la ministra de Industria, Reyes Maroto, para abordar posibles noticias de las eléctricas y decisiones del Ejecutivo de cara al Consejo de Ministros de hoy.
En todo caso, Soto subrayó la necesidad de negociar y de adoptar decisiones de manera inmediata. “No se puede postergar la toma de decisión para mañana, hay que tomarlas ya”, enfatizó, porque “la industria no puede esperar más tiempo”. Al respecto, advirtió de que los parones de actividad de las industrias electrointensivas que ahora son “días esporádicos” podrían ser “más rutinarios si esto no mejora. Que esperemos que sí, pero hay que tomar decisiones a corto plazo” entre todos, aunque la “clave” está en las eléctricas, a las que recordó que las industrias son “sus grandes clientes”. “Si ofrecen contratos a precios competitivos ganarán algo menos pero no dejarán de ganar y conseguirán que la industria aguante el chaparrón de 2021 y podamos ver con más claridad 2022”, añadió. Soto afirmó que 200 euros megavatio hora por la noche “no son precios económicos, no tienen lógica” y dejan a las electrointensivas “a los pies de los caballos si la situación se mantiene unos meses más. Y la foto parece que indica eso, que la situación de precios altos va a continuar”.
La asociación, constituida por 26 grupos industriales, con 75 plantas en el Estado, acumula en lo que va de año unos sobrecostes de más de 1.500 millones de euros respecto a Francia y Alemania. “Hay empresas que han decidido parar con estos precios y, de seguir así, en 2022 habrá negocios que no serán viables”, afirmó, apuntando que “el fantasma de la deslocalización empieza” a planear sobre las fábricas españolas.