- Un total de 42.022 trabajadores vascos se han acogido a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en algún momento de 2021. La cifra contrasta con las más 200.000 personas que se vieron obligadas a acogerse a esta medida el año pasado, en pleno confinamiento y el parón de la actividad económica. Lo cierto es que casi año y medio después de la primera declaración del estado de alarma, los ERTE continúan su descenso y a mediados de este mes se situaban ya en 10.679, muy lejos de los 139.111 de mayo de 2020.
Este año, su evolución ha sido desigual, coincidiendo con las diferentes olas de la pandemia. Si entre enero y febrero, el número de personas acogidas a esta medida ascendieron ligeramente hasta los 38.783 expedientes, en marzo y abril volvieron a bajar de forma drástica hasta quedarse en los 17.180. En mayo se vivió un nuevo repunte, sin embargo, ya en junio, el número de Ertes descendió hasta los 12.700. Una tendencia a la baja que se ha mantenido tanto en julio como en agosto, cuando ha alcanzado la cifra más baja de toda la pandemia.
Hace unas semanas, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, explicó que la quinta ola no se ha notado en el mercado laboral como ha ocurrido con olas anteriores. “No hay ningún comportamiento que nos indique que el dinamismo se haya truncado. No hay señales de que se haya producido una vuelta atrás en términos agregados. Lo que estamos viendo es que esta ola está siendo más compatible que las anteriores con el mantenimiento de la actividad económica y turística”, subrayó entonces.
En todo el Estado, a mediados de mes había 286.000 personas acogidas a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, 45.000 menos que en julio. En cambio, unos 86.500 trabajadores estaba en un Erte a tiempo parcial, lo que significa que trabajan parte de su jornada. Esto supone que, por primera vez en toda la pandemia, el número de empleados con sus trabajos totalmente suspendidos cayó por primera vez de los 200.000. “La reducción de trabajadores en ERTE se ha concentrado en lo que va de agosto en los sectores ultraprotegidos. Por sectores, transporte aéreo, los servicios de alojamiento o las agencias de viaje lideran la bajada”, explicó Escrivá. En cambio, estas actividades son también las que tienen más trabajadores en Erte en la actualidad. En concreto, los mayores descensos en la primera quincena de agosto se han registrado en la Fabricación de vehículos a motor, con una reducción del 42% de trabajadores en ERTE, en el Transporte aéreo (-30%), Servicios de Alojamiento (-22%) y en Comidas y bebidas (-11%). “En términos absolutos, estos dos últimos sectores son los que han registrado mayores salidas de personas en Erte”, subrayó el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones al dar a conocer los datos. De las 286.000 personas en Erte a mediados de agosto, dos de cada tres (186.000) estaban protegidas por modalidades que conllevan ayudas a las empresas en forma de exoneraciones a la Seguridad Social, ya sean Erte de sectores ultraprotegidos y su cadena de valor o ERTE de limitación o impedimento. “El número de trabajadores en Erte de sectores ultraprotegidos y su cadena de valor es de 123.000, mientras que de limitación quedan 57.000 personas y 6.000 en impedimento”, detalló la Seguridad Social.
De las 10.7062 personas que continúan acogidas a esta medida en Euskadi, 1.209 proceden de Araba, 3.336 de Gipuzkoa y 6.134, de Bizkaia. Esto convierte a Araba en una de las nueve provincias del Estado en las que quedan en Erte menos de un 1% de sus afiliados al Régimen General. La última prórroga de los ERTE aprobada el pasado mes de mayo concluye el próximo 30 de septiembre, en cambio, todo parece indicar que habrá una nueva extensión hasta final de año. Así lo ha anunciado la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien da por seguro que el esquema de ayudas a los expedientes de regulación temporal de empleo se tendrá que volver a negociar para una quinta prórroga antes de que el 30 de septiembre decaiga el acuerdo actualmente vigente. Su mensaje es claro: este instrumento seguirá utilizándose mientras sea necesario.
La duda estará por tanto en qué ocurrirá a partir de enero de 2022. Y es que, los últimos datos demuestran que la restauración y el turismo siguen siendo los sectores más dependientes de los Erte y, teniendo en cuenta que la crisis sanitaria podría continuar más allá que este año, se abre a la posibilidad de nuevas negociaciones para futuras prórrogas de los expedientes más allá de diciembre.
Además, el Gobierno ha propuesto la creación de una nueva modalidad de ERTE: el Mecanismo de Sostenibilidad del Empleo (MSE), pensado con vocación de permanencia. Se trata de una especie de Erte estructural, no temporal como los utilizados en la pandemia, y la idea es que las empresas y entidades de cualquier sector, en lugar de recurrir a los despidos, puedan reducir la jornada de sus trabajadores cuando vean impedida o limitada la actividad “por razones de carácter imprevisible, ajenas a la voluntad empresarial, cualquiera que sea su causa”.
ERTE en Euskadi. A mediados de agosto, las personas acogidas a un Erte eran 10.679, la cifra más baja de toda la pandemia y muy por debajo de las 139.111 que se registraron en mayo de 2020.
ERTE en el Estado. En todo el Estado español, a mediados de este mes había 286.000 personas acogidas a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, 45.000 menos que en julio. En cambio, unos 86.500 trabajadores estaban en un Erte a tiempo parcial, lo que significa que trabajan parte de su jornada. Esto supone que, por primera vez en toda la pandemia, el número de empleados con sus trabajos totalmente suspendidos cayó por primera vez por debajo de los 200.000.