- La restauración, el ocio nocturno, el comercio y el taxi de Barcelona confían en el Mobile World Congress (MWC) para impulsar su recuperación tras los difíciles meses de pandemia, aunque auguran un impacto muy limitado por la menor dimensión del evento y la prudencia ante los contagios. Estos sectores, algunos de los más afectados por el covid-19, son conscientes de que el Mobile celebra este año una edición a medio gas, alejada de las cifras de récord de otros años, lo que llevará a una reducción de su impacto económico en Barcelona y su área metropolitana.

El director del Gremio de Restauración de Barcelona, Roger Pallarols, y el presidente de la patronal catalana de ocio nocturno Fecaserm, Joaquim Boadas, señalan que, hasta el momento, no se están produciendo reservas de congresistas, a diferencia de lo que ocurría en la etapa prepandemia. “Estamos ante un Mobile descafeinado. No sólo porque habrán menos asistentes, sino también porque se impone la cultura de la prudencia ante los contagios y las restricciones que aún existen desincentivan”, afirma Pallarols.

Pese a todo, el portavoz de los restauradores está convencido de que el MWC funcionará como “una inyección de ánimo”, enviará el mensaje de que la ciudad ha iniciado ya la reactivación y “avala a Barcelona como destino de congresos”. También Boadas augura un bajo impacto económico del certamen y es escéptico respecto al interés que puedan tener los locales de ocio nocturno en los visitantes del congreso tecnológico por excelencia.

En esta línea, recuerda que el Mobile generaba ingresos muy bien recibidos en el sector porque se celebraba en febrero, en temporada baja, pero en esta ocasión el congreso llega a finales de junio y cuando los locales de ocio tienen restricciones de espacio para evitar los contagios. “La capacidad de los locales está muy limitada. Esto ha llevado a muchos a decidir continuar cerrados hasta el 5 de julio. Así que, aunque los congresistas quisieran salir, no tengo claro que pudieran hacerlo. Todavía hay muchas incógnitas”, subraya.

La ocupación de los hoteles durante los días del Mobile, desde mañana hasta el 1 de julio, estará en una media del 45% en establecimientos de 4 y 5 estrellas y con habitaciones a mitad de precio, según fuentes del sector. En el caso de los establecimientos cercanos al recinto ferial de Gran Vía, la ocupación se prevé más alta y se acercará al 90%, aunque con tarifas muy ajustadas. Pese a estos números, muy diferentes de ediciones anteriores, el director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, asegura que los hoteleros ven el evento como la oportunidad de trasladar una imagen de optimismo respecto al futuro y de reforzar la imagen de la ciudad.

Por su parte, el sector del taxi prevé movilizar a unos 8.000 vehículos para atender las necesidades de los asistentes al Mobile y se congratula de que, en esta ocasión y por indicación de la Generalitat, las firmas tecnológicas para las que trabajan no trasladarán a Barcelona los VTC (automóviles con conductor) que solían traer de sus países de origen.

“La lógica nos hace pensar que habrá más trabajo, aunque no sea el Mobile de siempre. Esperamos que sea el pistoletazo de salida de la recuperación económica. Cuando se celebraba en febrero, el MWC era el inicio de la temporada de turismo, luego llegaban los cruceros y la Semana Santa. Ahora creemos que ocurrirá lo mismo”, explica el líder de Élite Taxi, Tito Álvarez. Pese a mostrar este optimismo, admite que hay una gran incertidumbre sobre la repercusión real que tendrá el certamen en el territorio y que, hasta ahora, sólo se han empezado a registrar reservas en el subsector de los taxis de lujo, especialmente por la noche.

Por su parte, el presidente de la asociación de ejes comerciales turísticos Barcelona Oberta, Gabriel Jené, ve la celebración del Mobile como una noticia “muy positiva para irnos encaminando hacia la normalidad” de la economía, aunque prevé también un impacto en el comercio “relativamente bajo”, un 70% por debajo que otros años.

Edición híbrida. El Mobile World Congress es el congreso más importante que acoge Barcelona y el más relevante de los que están bajo el paraguas de Fira de Barcelona, con un impacto económico, antes del covid-19, de hasta 473 millones de euros. En consecuencia, el MWC es el principal escaparate del sector ferial de la ciudad, y aunque se da por supuesto que esta edición será más deslucida que las anteriores, Barcelona se aferra a este evento para proyectar una buena imagen internacional y relanzarse como ciudad para acoger grandes ferias y congresos. Esta edición del MWC será híbrida -virtual y presencial- y se esperan entre 30.000 y 50.000 visitantes, frente a los más de 100.000 asistentes que había en las ediciones previas.