- Alcanzar un salario mínimo interprofesional (SMI) en el Estado de entre 1.011 y 1.049 euros al mes en 2023. Esa es la propuesta que ha entregado la comisión de expertos y expertas a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Este incremento supondría una subida de entre 61 y 99 euros respecto a los 950 euros actuales, entre un 6,4% y un 10,4% más. Para conseguir este objetivo, el grupo de trabajo aconseja que, como punto de partida, este mismo año se suba la renta mínima entre 12 y 19, mientras que el grueso del incremento se dejaría para 2022 y 2023.

La comisión de expertos y expertas se constituyó a finales de enero para realizar un análisis técnico y establecer la hoja de ruta que debería seguir el SMI hasta alcanzar, a final de legislatura, el 60% del salario medio del Estado, objetivo al que se había comprometido el gobierno de coalición y que, además, establece la Carta Social Europea. Tras recibir el informe, Díaz anunció ayer que se reunirá “con rapidez y discreción” con Pedro Sánchez para tratar este asunto, sobre el que se consultará además con los agentes sociales.

La ministra de Trabajo se ha mostrado favorable a realizar una primera subida del SMI este mismo año, una medida que no comparten, sin embargo, ni la ministra de Economía, Nadia Calviño, ni la de Hacienda, María Jesús Montero, ni el propio Sánchez. La parte socialista del Gobierno de coalición descarta un incremento de la renta mínima este año y apuesta, en cambio, por “priorizar” el impulso de la recuperación económica y el empleo.

En este sentido, Díaz pidió ayer que “no se contraponga la creación de empleo con la subida del SMI” y destacó la importancia de la renta mínima para combatir la desigualdad e impulsar el consumo. Esta es, por tanto, una nueva batalla que deberá librar el Gobierno de coalición.

Según Sara de la Rica, catedrática de Economía de la UPV/EHU y una de las expertas de la comisión, “es necesario abordar la subida del SMI de forma integral, analizando bien los pros y contras de dicha subida”. “Es necesario estudiar más y mejor qué sucede con las contrataciones, y también con las horas contratadas. Además, esa subida del SMI también tiene efectos distributivos positivos, pues disminuye la desigualdad en la cola más baja de la distribución de salarios. Por otra parte, es de esperar que disminuya la brecha salarial en los colectivos más cercanos al SMI, pues la incidencia del SMI es mayor sobre las mujeres. Y por otra parte, la subida del poder adquisitivo de las familias también sube con una subida del SMI, y con ello sube el consumo y por tanto la demanda”, analiza De la Rica.

Los expertos y las expertas establecen tres escenarios posibles para la subida del SMI. En el primero de ellos, que parte de que el salario medio suba un 1,8% en 2020, en línea con el alza que experimentaron los sueldos en convenio, el SMI tendría que elevarse 99 euros hasta 2023 (que se quedaría en 1.049), aconsejando un alza de 19 euros en 2021, y de 40 euros tanto en 2022 como en 2023.

En el segundo escenario, que parte de que el salario medio suba un 0,9% en 2020, como el sueldo de los empleados públicos y las pensiones, el SMI debería subir en total 77 euros hasta 2023 para llegar al 60% del salario medio (1.027 euros). Para ello, la senda recomendada pasa por subir el SMI 15 euros este año, y 31 euros tanto en 2022 como en 2023. El tercer y último escenario parte de que el salario medio no experimente ningún incremento en 2020, en cuyo caso el SMI tendría que elevarse 61 euros entre 2021 y 2023 (hasta 1.011), con alzas de 12 euros este año, de 24 euros en 2022 y de 25 euros en 2023.

El salario mínimo subió en 2019 de 735,90 euros mensuales en 14 pagas a 900 euros y a 950 euros en 2020 (1.108 euros mensuales en 12 pagas). “La última subida afectó directamente a alrededor del 10% de la población. Y a medida que se producen subidas sucesivas, el impacto de la subida recae sobre cada vez más personas”, apunta De la Rica. Por sectores, la subida del SMI beneficiaría, sobre todo, a los trabajadores de hostelería, comercio, limpieza, a los sectores más feminizados y a los jóvenes que entran ahora en el mercado laboral.

En el debate de si subir o no el salario mínimo este año, los agentes sociales lo tienen claro: un rotundo sí. “Nosotros somos partidarios de que haya subidas cada año para llegar a los 1.200 euros. Lo importante del salario mínimo no es solo que esas personas tengan más capacidad de gasto sino que aumenten las cotizaciones a la seguridad social”, subraya Raúl Arza, secretario general de UGT-Euskadi. “Además, la subida del salario mínimo tiene un arrastre para las demás categorías”, apunta.

LAB coincide en la necesidad de una subida inmediata del SMI a nivel estatal, pero matiza: “Se está poniendo un salario para todo el Estado cuando, evidentemente, el nivel de vida no es el mismo. Siguiendo la recomendación de la Carta Social Europea y calculando el 60% del salario medio que se cobra en Euskal Herria, sale que son 1.400 euros”, asegura Xabier Ugartemendia, secretario de Acción Sindical y Negociación Colectiva de LAB. “Un salario de 1.049 euros, con el precio de la vivienda que hay, con el precio de los productos de primera necesidad que tenemos que pagar cada día, evidentemente se queda corto. Es una situación que venimos denunciando desde hace años, hay trabajadores y, sobre todo, trabajadoras que tienen un trabajo a jornada completa pero que son trabajadores pobres porque no llegan a fin de mes”, denuncia Ugartemendia.

Según el secretario general de UGT-Euskadi, “no tiene ninguna justificación que se haya incrementado el salario de los trabajadores públicos y los salarios pactados en convenio o las pensiones y que olvidemos el salario de los trabajadores que se encuentran en una situación más vulnerable”. Además, el sindicato recuerda que la mayor parte de los países europeos que tienen establecido un salario mínimo están negociando o pactando subidas para el próximo año.

La comisión. De la comisión de expertos del SMI forman parte siete académicos, tres miembros del Gobierno y dos representantes sindicales, ya que los representantes de CEOE y Cepyme decidieron abandonar esta comisión días después de su constitución al considerar que “desvirtuaba” el diálogo social.

Académicos. El presidente del CES y catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona Antón Costas; la catedrática de Economía de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) Olga Cantó; el exprofesor asociado de la Universidad Carlos III de Madrid José Ignacio Pérez Infante; el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Salamanca Rafael Muñoz de Bustillo; la profesora de Economía de la UAH Inmaculada Cebrián López; la catedrática de Economía de la UPV/EHU Sara de la Rica, y Gemma Galdón Clavell, miembro del departamento de Sociología de la Universidad de Barcelona.

Sindicatos. María Jesús Cedrún (UGT) y Carlos Martín (CCOO).

Gobierno. Manuel Lago (Ministerio de Trabajo y Economía Social), César Veloso (Ministerio de Hacienda) y Carlos Cuerpo Caballero (Ministerio de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital).

Empleo. El Banco de España publicó un análisis en el que señalaba que la subida del SMI de 2019 restó redujo la creación de empleo entre 0,6 y 1,1 puntos porcentuales. Para LAB, vincular la subida del salario mínimo a la creación de empleo “es un debate viciado”. “Con sueldos de 500 euros evidentemente se crearán más empleos, pero lo que necesitamos es crear puestos de trabajo de calidad, que permitan a la gente llegar a fin de mes”, sentencia Xabier Ugartemendia. Por su parte, Raúl Arza subraya que la subida del SMI “ha podido perjudicar a muchas menos personas de las que ha beneficiado”. “La lucha por la desigualdad y poner el foco en las personas que menos cobras tiene más beneficios que perjuicios”, apunta.

“Es necesario abordar la subida del SMI de forma integral, analizando bien los pros y contras”

“La última subida afectó directamente a alrededor del 10% de la población”

Catedrática de Economía

“Calculando el 60% del salario medio, en Euskal Herria son 1.400 euros”

Secr. de Acción Sindical de LAB

“Somos partidarios de que haya subidas cada año para llegar a los 1.200 euros”

Secretario general de UGT-Euskadi