- La polémica adjudicación del suministro a París de 146 trenes de cercanías para la línea RER B por 2.560 millones de euros al consorcio formado por la guipuzcoana CAF y la canadiense Bombardier concluyó el pasado martes con la confirmación por parte de las operadoras francesas de este contrato. De este modo, la gala Alstom, que tras adquirir a la canadiense rechazó ejecutar este pedido, ha cambiado su posición y accede a desarrollarlo en los términos que establece el acuerdo.

Alstom fue la fuente de conflicto en este contrato, a cuya adjudicación optó pero resultó eliminada en favor del consorcio formado por CAF y Bombardier, que presentaron una oferta entre 500 y 600 millones inferior. El 14 de enero del pasado año las operadoras RATP, que gestiona el transporte público de la región de París, y SNCF encargada del transporte ferroviario de Francia, anunciaron la adjudicación al consorcio vasco-canadiense. Esta decisión no gustó a la compañía gala, que presentó un recurso ante el Tribunal Administrativo de París que retrasó la firma del contrato que debía realizarse en un plazo no superior a los once días tras el anuncio de la adjudicación. El dictamen fue desfavorable a Alstom, al igual que en los dos recursos anteriores que interpuso.

Dos semanas después de la adjudicación, el 29 de enero de 2020, Alstom formalizó la compra de Bombardier, con lo que paradójicamente adquirió el compromiso de realizar el proyecto del RER B parisino, la segunda línea más transitada de Europa que une de norte a sur la región de París y conecta sus dos aeropuertos.

Arguyó para este rechazo que el presupuesto presentado no garantizaba el correcto desarrollo del proyecto y lo hacía inviable. En concreto, señaló que las condiciones técnico-financieras “no corresponden al precio del mercado y no permiten ejecutar este contrato sin riesgos importantes para el financiador, el explotador, para los viajeros y nuestra empresa”.

El hondo malestar causado por esta retirada de Alstom en las operadoras francesas RATP y SNCF se reflejó en unas declaraciones conjuntas posteriores, en las que mostraron su disposición a recurrir a vías judiciales contra Alstom-Bombardier. Por su parte, CAF manifestó su compromiso con la responsabilidad adquirida al tiempo que afirmó que seguiría con este contrato, incluso en solitario si la situación así lo requería.

El consejero delegado de la firma de Beasain en Francia, Alain Picard, llegó más allá al asegurar a medios galos que no descartaba iniciar acciones legales contra Bombardier si se retiraba del contrato. Según dijo, el incumplimiento del acuerdo planteado por Alstom incurría en varios problemas legales, entre los que destaca la libre competencia. Se dirigió a la Unión Europea para considerar que “la dificultad de un tercero para entrar en el mercado europeo plantea la cuestión de que los remedios no son eficaces”.

Lejos de disiparse, las diferencias se acentuaron en una primera reunión que mantuvieron RATP y SNCF con CAF y Alstom-Bombardier el 10 de febrero para tratar de encarrilar la situación. A su término, la empresa francesa declaró que había pedido tiempo para decidir si mantenía su participación en el contrato. El compromiso que buscaban las operadoras francesas se desvaneció en una actitud que tan solo demandaba “establecer las bases de un futuro diálogo sobre las posiciones de cada parte”, tal y como indicó Alstom.

Esta posición no hizo más que encender las críticas a la empresa gala que con anterioridad ya podían leerse en muchos de los medios de comunicación franceses, no acordes con los movimientos de Alstom. Incluso un grupo de 60 electos de la región Île-de-France, donde se proyecta el contrato, exigieron al CEO de la firma gala que abandonara su posición y aceptara ejecutar el suministro de trenes junto con CAF.

Tras varios encuentros, la polémica se cerró con el comunicado emitido ayer por RATP y SNCF que confirman la ejecución del contrato con los términos establecidos en la adjudicación de enero.

Por su parte, la firma de Beasain, tras las declaraciones iniciales de su director general en Francia, ha mantenido un perfil discreto y ha optado por no realizar más afirmaciones. Ayer, en cambio, en una escueta nota anunció que “se trata de un proyecto relevante” para el grupo guipuzcoano, que ejecutará el 40% del contrato. Recordó que con anterioridad ha desarrollado numerosos proyectos en suelo galo, tanto en París como en Nantes, Besançon y Saint Etienne, muchos de ellos con la operadora estatal SNCF.