El Banco Santander registró unas pérdidas de 8.771 millones de euros en 2020, las primeras de su historia, frente a los 6.515 millones que ganó en 2019, tras aumentar las dotaciones por la crisis del covid-19 y asumir un deterioro de 12.600 millones en el valor de sus filiales en Reino Unido, Estados Unidos y Polonia.

Según la información remitida hoy al supervisor del mercado español, la CNMV, excluyendo esos ajustes contables, el beneficio ordinario anual se situó en 5.081 millones de euros, un 38 % menos, en línea con el objetivo que avanzó en octubre la presidenta del grupo, Ana Botín.

La solvencia, medida por el ratio de capital de máxima calidad CET1, subió hasta el 12,34 %, por encima del rango objetivo del 11-12 %.

En el cuarto trimestre estanco, el beneficio ordinario fue de 1.423 millones de euros, un 16 % menos que en el trimestre anterior, debido a que la mejora de los ingresos se vio contrarrestada por la contribución al fondo de garantía de depósitos en España y el impuesto bancario en Reino Unido, además de por las mayores provisiones.

Los préstamos y anticipos a la clientela se redujeron un 2,8 % en comparación interanual y quedaron en 916.199 millones de euros, con una morosidad del 3,21 % mejor que el 3,32 % de 2019; en tanto que los depósitos de los clientes crecieron un 3 % y sumaron 849.310 millones.

"Santander ha ayudado a seis millones de clientes en todos sus mercados durante la pandemia con diferentes medidas, como los programas de crédito garantizado para particulares y empresas y las moratorias".

La entidad facilitó moratorias para hipotecas y otros préstamos por valor de 112.000 millones de euros, en torno al 12 % de la cartera. Al final de 2020, el 79 % de esas moratorias (89.000 millones de euros) habían expirado, con solo un 3 % en fase 3, es decir, dudoso, explica el banco.

Por áreas geográficas, la entidad logró un beneficio ordinario de 2.656 millones de euros en Europa, un 45 % menos, afectado por las provisiones excepcionales registradas, aunque los ingresos comerciales mostraron resiliencia en un entorno de menor actividad, según el banco.

En España, el beneficio fue de 517 millones de euros, un 67 % menos, por las mayores dotaciones, parcialmente compensadas por menores costes y con un volumen de 30.800 millones en préstamos con garantía ICO.

En Santander Consumer Finance (SCF), el área dedicada a financiar bienes de consumo, el beneficio ordinario bajó un 16 %, hasta 1.085 millones de euros, muy condicionado por la crisis del covid-19, aunque se notó una recuperación en la segunda mitad del año, detalló.

En Norteamérica, que incluye México y Estados Unidos, la ganancia ordinaria bajó un 3 %, hasta 1.492 millones de euros, por un incremento de las provisiones debido a la pandemia, aunque los ingresos se mantuvieron estables.

En América del Sur, la entidad ganó 2.927 millones de euros, un 40 % menos, por efecto de las provisiones, aunque con ingresos estables. Gran parte de ese beneficio procedó de Brasil, el área más potente del Grupo, donde obtuvo 2.113 millones de euros, un 5 % menos, también por las provisiones.

En cuanto a los principales márgenes de la cuenta de resultados del Grupo, el de intereses -que recoge la mayor parte de los ingresos- se redujo un 9,3 % interanual, hasta 31.994 millones, en tanto que el margen bruto bajó un 10,1 %, hasta 44.279 millones, y el neto cayó un 10,8 %, a 23.149 millones.

La ratio de eficiencia del Santander se mantuvo en el 47 %, en tanto que la rentabilidad sobre el capital tangible (ROTE) se situó en el 1,95 %, tras todos los ajustes mencionados, aunque el ROTE ordinario fue del 7,44 % y el banco mantiene su objetivo de alcanzar un ROTE del 13-15 % a medio plazo.