- La Asociación de Amigos de Arizmendiarrieta-Arizmendiarrietaren Lagunak Elkartea (ALE) presentó recientemente el modelo inclusivo participativo que fomenta en una reunión convocada por la Unión Europea como un paso más en su proceso de sensibilización y promoción de una nueva forma de hacer empresa, en la que los trabajadores participan en la gestión y resultados, pero también en el capital. Su presidente, Miguel Ángel Laspiur, detalla la situación en la que se halla este trabajo.

¿Qué valoración realiza de la reunión mantenida en el encuentro organizado por la dirección de Economía Social de la Comisión Europea?

—El modelo inclusivo participativo no solo se aplica en Euskadi. Alemania, Estados Unidos, Francia y Bruselas avanzan en este proyecto y creemos que compartir las experiencias potencia el interés, por lo que el encuentro fue positivo.

Anteriormente han presentado su propuesta en diversos ámbitos, pero ahora saltan a Europa. ¿A qué se debe?

—La presencia del Gobierno Vasco en Bruselas nos abre una puerta para exponer este modelo de empresa. Además, cuando en 2008 creamos el foro permanente en el que están representados ALE, las tres universidades vascas (UPV, Mondragon Unibertsitatea y Deusto) y Asle, uno de los objetivos fue conocer las experiencias internacionales. Y así como nos viene bien saber de ellas, también conviene que otros países tengan conocimiento de la nuestra.

¿Cuál es la conclusión tras ese encuentro?

—Hemos aprendido de países como Estados Unidos y Alemania, pero también de empresas de nuestro propio país como CAF, Seguros Lagun Aro o Eroski. Conocer todo lo que se está desarrollando nos ayuda a avanzar.

Esta presencia europea es un paso más de una iniciativa que comienza hace muchos años.

—El inicio lo marcó la constitución del foro permanente en 2008 y desde entonces trabajamos en cinco líneas: impulsar una ley a nivel estatal, conseguir el apoyo institucional, defender políticas fiscales que apoyen este modelo, presentarlo en la Mesa de Diálogo Social y animar a las empresas que lo han aplicado para que ayuden a otras.

¿Qué recepción ha encontrado este modelo a nivel estatal, dado que el Gobierno Vasco no tiene competencia para legislar en este ámbito?

—El Gobierno Vasco encargó a Asle (que agrupa las sociedades laborales de Euskadi) un borrador de la reforma de la Ley de Sociedades Laborales y Participadas para incluir a los trabajadores en el capital de la empresa, que se presentó a la ministra Reyes Maroto y ha recibido una buena impresión. No tenemos competencia, pero a nivel estatal parece que ha entrado bien.

El modelo inclusivo participativo también ha recibido el apoyo de los gobiernos vasco y navarro. ¿Qué medidas esperan del ámbito institucional?

—Pedimos políticas públicas que impulsen la formación y una campaña de sensibilización con la difusión de sistemas participativos, queremos que se fomente su implantación y en los dos últimos años el Gobierno Vasco ya ha lanzado algunas órdenes en este sentido, pero hay que avanzar más. Por ejemplo, los trabajadores necesitan un apoyo económico porque con sus salarios resulta difícil aportar al capital de la empresa. En este sentido, necesitamos medidas fiscales que incentiven este modelo. La Diputación de Gipuzkoa es la más avanzada, y también se ha hecho mucho en Navarra. En Araba, en cambio, no hay muchas acciones y en Bizkaia menos aún.

¿Cómo ha respondido el mundo empresarial y laboral?

—Hay quienes dicen que hay muchas empresas que están en el camino, pero yo no lo creo tanto. A las empresas les cuesta ir hacia ese modelo, cuando lo planteamos nadie lo rechaza, pero a la hora de la verdad se avanza poco. Adegi impulsa algo en ese sentido y tiene una estrategia que llama Nueva Cultura de Empresa, pero nuestro modelo no se queda en la participación del trabajador en la gestión, sino que también exige que lo haga en el capital, y ahí es donde surgen las dificultades.

Poco a poco, algunas empresas ya aplican este modelo.

—Una de las claves para avanzar en este proyecto es la creación de un foro de empresarios que ya tengan implantado este modelo y puedan servir de guía a los demás para relatar su experiencia y ayudarlos con las dudas que puedan surgir. No planteamos un foro multitudinario, sería suficiente con reunir a cinco, seis o siete empresarios y seguro que se lograría mucho. Un buen ejemplo está en Navarra, donde con la misma labor que hacemos en la CAV hemos conseguido un mayor apoyo y no solo contamos con la implicación del Gobierno, sino que también con la de sindicatos y empresarios.

¿Los sindicatos apoyan este modelo en la CAV?

—ALE organizó un seminario para que representantes políticos y sindicales acudieran a título personal y conocieran a fondo el modelo. CC.OO., UGT y LAB participaron activamente, mientras que ELA no fue pero nos pidió información sobre lo tratado, algo que hicimos y al recibirlo dijo estar al 90% de acuerdo. Sin embargo, posteriormente se ha manifestado en contra.

¿Qué recorrido le queda a esta propuesta?

—Aunque lo hayamos desarrollado, el proyecto ahora no es de ALE, es del Gobierno Vasco y tanto nosotros como Asle estamos dispuestos a apoyarle. No nos podemos quedar en la jornada del 3 de diciembre [organizada por estas dos asociaciones y el Ejecutivo vasco en el que se dio un nuevo impulso al modelo inclusivo participativo de empresa], debemos trabajar para que el Gobierno vasco avance. Sabemos que es muy difícil y complicado, y no hay que pedirlo todo desde el principio sino establecer unos objetivos de sensibilización, formación y fiscalización e, insisto, crear un registro de empresas que ya han adoptado este modelo.