- ¿Con qué sensación va a cerrar este 2020?

-Con la sensación que deja el trabajo bien hecho. Ha sido un año muy complicado en cuanto a planificación, con importantes alteraciones sobre la hoja de ruta definida al tener que adaptarnos continuamente a fuertes oscilaciones de mercado, medidas preventivas derivadas de la pandemia sanitaria y situaciones cambiantes en nuestros clientes. ¿Sabes la sensación de satisfacción cuando llegas a la cima de un monte? Pues algo así.

En el caso concreto de Oreka IT, las expectativas y objetivos sí se han visto cumplidos aún siendo el contexto de grave recesión económica. ¿A qué lo achaca?

-Bueno, se han visto cumplidos en parte, pero no del todo. Es verdad que volvemos a marcar un récord de facturación en la historia de Oreka IT, pero tenemos clientes que han estado muy expuestos y han tenido que recortar sus presupuestos, que inevitablemente han supuesto una reducción de los servicios contratados. La clave del año es que, en marzo, cuando renegociamos varios contratos a la baja y nuestra previsión de trabajo quedaba por debajo de nuestra capacidad, decidimos mantener el 100% del empleo y derivar el excedente de fuerza de trabajo a proyectos de investigación e innovación.

¿Cómo cree que está afectando la pandemia a la transformación digital de las empresas?

-Se están dando grandes pasos y cada vez se es más consciente de que aporta valor y mayor capacidad de reacción, pero estamos todavía muy lejos del punto deseado si hablamos de transformación digital en pymes. Todavía nos falta quizá aterrizar el concepto para que éstas vean lo que la transformación digital puede aportar a sus negocios.

¿La brecha digital puede acelerar la desaparición de no pocas empresas en el corto plazo?

-Es un punto de diferenciación entre empresas, eso está claro, por eso al final, en un entorno tan cambiante como el actual, está claro que tener unos procesos robustos y estables soportados por herramientas digitales ayudan a estar un paso por delante de los competidores. En ese sentido, la brecha digital sí puede acelerar o determinar la desaparición de una empresa u otra.

¿Qué suele llevar a una pyme a postergar la decisión de apostar de forma decidida por la digitalización?

-El principal problema que hemos detectado es que el día a día les suele ocupar la mayor parte del tiempo y es necesario mirar a medio y largo plazo para afrontar un proceso de digitalización. Suelen ser reacios a plantearse cambios sobre un modelo o procesos que parecen que funcionan, pero a veces es mejor afrontar esos cambios cuando todavía todo funciona que cuando ya es tarde y llegas con prisas y sin otras alternativas a esas transformaciones.

¿Cuál es su valor diferencial respecto a este proceso?

-Además de la cercanía, la tecnología, que contemplamos como una herramienta y no como un fin. Para nosotros lo importante es resolver un problema, mejorar un proceso o preparar a la pyme para tener la información necesaria y que sea capaz de tomar mejores decisiones.

El plan estratégico que habían fijado de cara a este año contemplaba la inauguración de una tercera oficina en Leioa (Bizkaia), que se sumaría a las de Mutilva (Navarra) y Vitoria-Gasteiz. ¿Qué supone la apertura de esta oficina?

-Ha marcado un nuevo hito en nuestra historia y se alinea con los objetivos de crecimiento marcados, lo que nos sitúa ante un horizonte de estabilidad realmente interesante a pesar de las circunstancias y nos permite ofrecer a nuestros clientes soluciones tecnológicas de primer nivel para implementar en sus procesos de transformación digital. Además, nos va a permitir acceder a una bolsa de talento donde poder contratar nuevas generaciones de profesionales que sigan consolidando Oreka IT.

"En plena crisis decidimos derivar el excedente de fuerza de trabajo a proyectos de I+D"

"La brecha digital sí puede acelerar o determinar la desaparición de una empresa u otra"