El grupo automovilístico Nissan tiene previsto anunciar oficialmente este jueves el cierre de las plantas que tiene en Barcelona -en la Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca-, en las que trabajan cerca de 3.000 personas, según han informado varios medios.

Fuentes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo han asegurado esta noche a Efe no tener aún comunicación oficial de Nissan sobre el futuro de su planta en Barcelona, al igual que han señalado desde el Govern de la Generalitat.

Se espera que la comunicación oficial tenga lugar este jueves a primera hora: a las 08:30 horas la compañía ha citado a los sindicatos para anunciarles su decisión, mientras que a las 10.00 horas el consejero delegado de Nissan, Makoto Uchida, presentará en rueda de prensa los resultados financieros y el plan a medio plazo de la compañía.

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha convocado este jueves a las 16:30 horas a los representantes del comité de empresa de Nissan en Barcelona a una reunión por videoconferencia en la que también participarán el vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Pere Aragonés, y los consellers de Trabajo y Empresa, Chakir el Homrani y Angels Chacón, respectivamente.

En los últimos días, varios medios japoneses han asegurado que la multinacional tiene intención de cerrar su planta catalana y que trasladará su producción a fábricas de Renault.

A la espera de que se produzca el anuncio oficial de Nissan, los trabajadores de Barcelona han continuado este miércoles con la huelga indefinida, que suma ya 23 días, y con las movilizaciones, ahora ya en la calle, tras semanas de no poder hacerlas por las restricciones impuestas por el estado de alarma debido a la COVID-19.

Los tres centros de Nissan en Barcelona -Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca- dan trabajo a unas 3.000 personas, pero son cerca de 25.000 los empleos directos e indirectos que dependen de la planta.

La fábrica de Zona Franca -la más importante- ha ido perdiendo carga de trabajo de manera paulatina en el último año, lo que llevó ya a finales de 2019 a plantear un ERE con 600 prejubilaciones, mientras que la planta trabajaba por debajo del 30 % de su capacidad.

La pandemia de COVID-19 no ha hecho más que empeorar la situación y en estos momentos la fábrica está parada, con una huelga indefinida que afecta a parte de la plantilla, mientra que el resto continúa afectada por un ERTE.