El petróleo intermedio de Texas (WTI) protagonizó este lunes un desplome histórico del 305 % y por primera vez desde que hay estadísticas entró en valores negativos, pues el valor del barril estadounidense quedó en -37,63 dólares el barril, con los comerciantes muy preocupados por una caída en la demanda del petróleo debido a la pandemia del coronavirus.
Al final de las operaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros del WTI para entrega en mayo restaron la cifra insólita de 55,90 dólares con respecto a la sesión previa del viernes.
El colapso de la demanda por la crisis del COVID-19 y las dificultades para almacenar el exceso de producción lastraron este lunes en el mercado de futuros de Londres la cotización del barril de petróleo Brent para entrega en junio, que cayó un 8,90 %, hasta 25,58 dólares.
El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, concluyó la jornada en el International Exchange Futures con un descenso de 2,50 dólares respecto a la última negociación, cuando cerró en 28,08 dólares.
La cotización del petróleo intermedio de Texas (WTI) entró hoy en terreno negativo por primera vez en su historia, lo que arrastró al Brent y agudizó su caída en el último tramo de la sesión.
Con todo, el Brent sufrió un descenso más moderado que el crudo estadounidense y la brecha entre el precio de ambos barriles superó la diferencia de 13 dólares que había marcado a principios de 2015.
El hundimiento del precio del WTI "ha avivado las especulaciones de que Estados Unidos podría rescatar a la industria del esquisto" ante el temor a que algunas compañías productoras vayan hacia la quiebra, afirmó Micahel Hewson, analista de CMC Markets.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios (OPEP+) han acordado reducir su producción conjunta en 10 millones de barriles por día.
El desplome de la demanda puede ser, sin embargo, superior a 20 millones de barriles diarios, lo que amenaza con inundar el mercado con un exceso de oferta que será difícil de almacenar.
Hewson subrayó que la industria del esquisto estadounidense deja de ser rentable cuando el precio del barril baja de en torno a 40 dólares, por lo que puede resultar especialmente golpeada por la crisis.