BILBAO - El presidente de la patronal de las cadenas comerciales del Estado, Francisco Javier Campo, advirtió ayer de que el consumo empieza a enfriarse y que las expectativas apuntan a un descenso en las ventas de los supermercados. Campo inaguró en Bilbao el 34 Congreso de AECOC, la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de comercio con un discurso de marcado acento político en el que se dirigió directamente a los partidos.

Así explicó que en el ciclo actual de desaceleración y descenso de la confianza del consumidor, las decisiones de compra empiezan a retrasarse y las familias se centran en el ahorro. El máximo responsable de AECOC dijo que es necesario actuar ya sobre la economía para evitar que la situación empeore, pero, según recalcó, la falta de Gobierno impide afrontar las reformas estructurales que necesita el país para ganar competitividad. En esa línea, acusó a los partidos de haberse permitido la “frivolidad” de “perder cuatro años” sin haber sido capaces de formar un Ejecutivo estable en el Estado. Es una cuestión que no puede volver a repetirse, remarcó, y por ello urgió a los partidos a “buscar acuerdos” tras el 10 de noviembre para formar un “Gobierno estable y que acierte” en la toma de decisiones. Se trata de una cuestión esencial en plena ralentización, con un PIB que va “de más a menos” y que este año ya no cumplirá las previsiones al crecer un 2,1%, una décima menos de lo esperado. De cara a 2020 la economía bajará otro escalón, con un repunte del PIB de entorno al 1,6%. Esa dinámica ya está llegando a los supermercados. En los últimos años, el consumo ha crecido a un ritmo mayor que lo que lo hacían las rentas, pero en estos momentos se está produciendo un “ahorro preventivo” ligado al “deterioro” de la confianza de los consumidores.

La temperatura del consumo baja y el sector espera que el clima sea todavía más frío en el primer trimestre del próximo año, pasando de un crecimiento de las ventas del 1,8% este ejercicio a un 1,3% en 2020. Ante esta situación, Francisco Javier Campo considera que es necesario actuar sobre las pensiones -aumentado la edad de jubilación- o sobre el mercado laboral, haciéndolo más “flexible” pero evitando la “precariedad”.