Madrid - La Fiscalía Anticorrupción aseguró ayer que la alteración de las cuentas de 2011 se basó en un “concierto” entre el expresidente, Rodrigo Rato, y su número dos, Francisco Verdú, y las áreas de intervención y supervisión que orquestaron “una carrera de obstáculos” para “evitar el afloramiento de deterioros”.
Durante la exposición de su informe final, Carmen Launa señaló directamente al interventor de Bankia, Sergio Durá, y al exresponsable de auditoría interna Miguel Ángel Soria, que trataron de “evitar la entrega de las tasaciones de activos inmobiliarios, de los inventarios y de los estados financieros”, como mostrarían los correos intercambiados con el auditor externo, Francisco Celma. Considera acreditado que Soria “fue una de las piezas fundamentales para seleccionar la entrega de documentación solicitada”, mientras que Durá “conocía los deterioros existentes y coordinó la obstaculización de la labor auditora”.
Una situación de bloqueo que buscaba hacer que no afloraran los deterioros que arrastraba el grupo desde la integración de las siete cajas en diciembre de 2010, prosigue Launa, que ha descrito cómo primero se produjo “una ausencia de entrega” de los datos solicitados, y más tarde “una aportación pausada con deficiencias en la elaboración”.
Si en la sesión anterior la representante del Ministerio Público reprochaba a Celma por su falta de diligencia en las cuentas de 2010 y en las del primer trimestre de 2011, en esta ocasión le ha eximido de cualquier responsabilidad en las posibles irregularidades en los estados a 31 de diciembre de 2011. - Efe