MADRID - El Gobierno español no quiere alarmar pero ya se ha dado cuenta que para mantener el actual nivel de las pensiones públicas hace falta más cotizantes y más cotizantes jóvenes y la receta que propone el Ejecutivo es “más hijos y más inmigrantes”. Al menos esa es la propuesta que puso sobre la mesa el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, quién señaló ayer en Santander que para la sostenibilidad del sistema público de pensiones, a largo plazo, además de incrementar la tasa de natalidad de los habitantes, “España necesita tener inmigrantes”.

La realidad más allá de las proclamas electoralistas es que el sistema públicos de pensiones, tal y como está montado en España, no es capaz de autofinanciarse. En el último mes, junio, las arcas tuvieron que afrontar el abono de nada menos que 9,733 millones de pensiones que sumaron un importe total de 9.644 millones de euros, al mes, y el problema no es este montante, ya de por sí muy elevado, el verdadero problema es que no deja de crecer. De hecho dicha cifra es un 7% más elevada que hace un año y no para de crecer porque afortunadamente las personas cada vez viven más años con lo que están más tiempo percibiendo una pensión u porque la generación que se empieza a jubilar ahora, la famosa del baby boom, no solamente forma la cohorte más numerosa sino que al ser los trabajadores que han vivido las épocas del desarrollismo español, tienen largas carreras profesionales detrás y con unos salarios, por lo que acceden a pensiones de mayor cuantía.

Y la cosa está tan complicada que la Seguridad Social para poder hacer frente al pago de la paga extras de verano ha tenido que recurrir a un préstamos de 7.500 millones de euros concedido por el Gobierno de España porque el sistema, vía cotizaciones, no recauda lo suficiente.

Y es en este contexto que Octavio Granado afirmó ayer, según Efe, con motivo de una conferencia en la Universidad de Verano de la UIMP de Santander sobre el futuro de la Seguridad Social que “necesitamos inmigrantes porque la pirámide demográfica está muy descompensada y la única forma de compensarla es con gente joven que tengan hijos y que venga a España a trabajar”.

En todo caso es el primer representante del Gobierno español que ya reconoce públicamente que España tiene un problema grave de baja natalidad. “Los índices de natalidad, son bajos y en España tener hijos es a medias un milagro y una maldición”, señaló el representante del Ejecutivo

“Siempre que salimos a los foros europeos se dice que España es el país de Europa que tiene la peor política de apoyo a las familias, la mas exigua”, lamentó el secretario de Estado. Octavio Granado intervino en un curso bajó el título La Seguridad Social ante el reto de la digitalización y la jubilación del baby boom: claves para su sostenibilidad financiera y social. Según Octavio Granado es preciso establecer una política “auténticamente democrática” que permita que “la gente pueda tener los hijos que quiera tener”. En este sentido comparó la situación actual con la de mediados del siglo pasado y reconoció que ninguna es la ideal. “Antes se tenían más hijos de los que se deseaba porque se les privaba a los ciudadanos de acceder a medios de control de la natalidad”, mientras que ahora, “la precariedad laboral, la falta de ayudas públicas y de servicios hace que la gente no pueda tener más hijos”. Con una tasa de natalidad en 2018 de sólo 7,86 hijos cada mil habitantes, la más baja en 40 años, y un índice de fecundidad, -el número de hijos por mujer-, de 1,25, Octavio Granado considera que “el Estado español no puede seguir siendo espectador en las políticas de natalidad” pero “esto no se arregla únicamente incrementando la tasa de natalidad”. Para Granado, “la sociedad española necesita tener inmigración”. Por ello, criticó a “los que quieren defender a los pensionistas y a la vez oponerse a tener una política razonable de inmigración, porque están faltando a la verdad y engañando a las personas”. “Necesitamos inmigrantes porque la pirámide demográfica está muy descompensada y la única forma de compensarla es con gente joven que tengan hijos y que venga a España a trabajar”, concluyó el representante del Gobierno.