Hay automóviles con los que soñamos, máquinas fabulosas que nos llevan a imaginar que hemos dado con el modelo ideal. Puede que aspiremos a conducir un Clase A, que nos ilusionemos con un Clase C, que tengamos al Clase E como el estandarte que acaricia el viento de nuestros deseos, que nos entusiasme el aristocrático Clase S, tal vez seamos presa de la última moda SUV y ambicionemos poseer un GLA, GLC o GLE, o tal vez nuestro amor sea inquebrantablemente fiel al eterno Clase G; pero todos esos anhelos quedarán en un segundo plano cuando haga su aparición el nuevo AMG GT 63. Nuestras miradas quedarán secuestradas, el mundo se parará y ya nada será igual. La vida es sueño y los sueños coches son, y más cuando se trata de máquinas superlativas como ésta.
Tratar de describir con palabras la belleza exterior y el espectacular diseño de este gran turismo deportivo de cuatro puertas y estética cupé resulta un intento vano y en cierto modo un sacrilegio; una imagen, entonces y más que nunca, vale más que mil palabras. Tan sólo un apunte, siendo espectacular desde cualquier perspectiva, da la impresión de que en las últimas décadas no se había creado desde cero un modelo que fuera tan bello en su vista trasera como en la parte delantera. En cualquier caso, se mire por donde se mire, hay pocas cosas tan hermosas en este mundo que hayan salido de las manos del ser humano y circulen sobre una carretera como este enorme AMG.
Con unas dimensiones ciertamente elevadas: 5,054 metros de largura, 1,953 de anchura y 1,447 de altura, un razonable maletero de 461 litros y pesos en vacío de 2.100 y 2.120 kilogramos, los nuevos AMG GT 63 4 Matic+ y AMG GT 63 S 4 Matic+ llevan al extremo el concepto de berlina deportiva de superlujo adoptando un formato de cuatro puertas en una carrocería cupé y exhibiendo músculo con sus motores de 585 y 639 CV, además de colocándose en el olimpo del mercado con tarifas de 176.200 y 195.500 euros, que en la serie limitada Edition 1, todavía más exclusiva, equipada y deportiva, se va a unos estratosféricos 218.496 euros.
Ya se pueden imaginar que todo este despliegue de poderío, en realidad una demostración de lo que es capaz de concebir y realizar un fabricante de la talla y prestigio mundial como es Mercedes-Benz y su división de vehículos deportivos, AMG, tiene como corazón un propulsor de gasolina de ocho cilindros en uve y cuatro litros de capacidad (3.982 cc) que entrega 585 CV y 800 Nm en la versión estándar -aunque en realidad aquí nada es estándar- y 639 CV y 900 Nm en la variante S, ambas con cambio automático AMG 9G automático secuencial y tracción permanente a las cuatro ruedas 4 Matic+ -daría miedo imaginar todo ese empuje aplicado sólo sobre dos ruedas-. Los neumáticos son unos intimidatorios 265/40 ZR20 en el eje delantero y 295/35 ZR20 en el tren posterior, aunque para intimidatoria está la escala del velocímetro con grafismos que indican los 360 km/h. La velocidad punta oficial anunciada no llega a tanto, pero tampoco desmerece: 310 y 315 km/h, respectivamente, con un paso de 0 a 100 km/h en sólo 3,4 y 3,2 segundos. Sobre los consumos, háganse a la idea de que, aunque contenidos, aquí también están en un plano superior, con cifras homologadas de 15,2 litros en ciudad, 8,9 en carretera y 11,2 y 11,3 en ciclo combinado.
Este último AMG, que llegará a los concesionarios el próximo otoño, aunque ya se puede formalizar su compra, representa en palabras de la propia marca: “La combinación de la conducción dinámica apropiada para un circuito con el confort de un gran turismo para uso diario. Aporta un diseño único, altos niveles de comodidad y tecnología de competición en una atlética carrocería fastback de cuatro puertas”.
En donde también AMG ha puesto toda la carne en el asador es en una dotación de equipamiento, calidad de terminación y posibilidades de personalización sin parangón. Siendo sinceros, los afortunados potenciales compradores de este modelo van a tener que enfrentarse a la ardua tarea de leerse detenidamente no ya el sobresaliente equipamiento de serie sino la interminable lista de opciones con la que configurar sin la menor duda un automóvil superlativo, con toda certeza, el coche de sus sueños.