Vitoria - Como era de esperar, la versión ofrecida por el ministerio fiscal así como por parte de los testigos de cargo chocó frontalmente ayer con la versión que esgrimieron Emilio Titos y su hijo Emilio José, centrada en la inexistencia de ningún tipo de conducción temeraria aquella tarde de septiembre y, ni muchos menos, la omisión del deber de socorro por cuanto ni vieron ningún accidente ni, por descontado, lo provocaron. El principal argumento de la Fiscalía para desmantelar esta teoría se llamaba Alejandro Ormazabal, la víctima del accidente que, supuestamente, provocaron los dos bólidos al obligarle a girar bruscamente su Ford Mondeo hacia el andén, lo que provocó que éste chocara contra un peralte que le llevó después a invadir parte de la calzada como consecuencia de la invasión de su carril por parte de uno de los deportivos. El vehículo, según se explicó ayer, quedó siniestro total.
Cuestionado su testimonio con dureza por parte de la Defensa, que lo tildó de poco verosímil y lleno de contradicciones, mantuvo Ormazabal su versión a la finalización del juicio oral, lamentando profundamente lo sucedido y criticando a los dos conductores implicados por haberle dejado tirado en la carretera “como una colilla”. “De mi parte lo que he querido dejar claro hoy es nuestro derecho, mi derecho, a poder circular por la vía pública sin tener el riesgo de que nos apabullen los coches que se creen que están en un circuito”, señaló Ormazabal, que abundó: “Además de ninguneado en ese momento me sentí absolutamente ultrajado e impotente. Había sufrido un abuso. Iban haciendo carreras por el puerto de Herrera, que es un lugar donde los pilotos lo hacen y disfrutan... No me dijeron quien conducía hasta que presenté la denuncia, algo que hice meses después tras conocer que el suceso había sido archivado en sede policial y porque me sentía totalmente desamparado”, resolvió. Respecto a la insinuación por parte de Emilio Titos de que el propio Ormazabal trató de chantajearle tras el accidente, el afectado se defendió con vehemencia. “En ningún momento he tratado de chantajear a nadie más que defender mi derecho de querer conocer la identidad de quienes me ultrajaron y me sacaron de la carretera en un vial que conocía por mi trabajo muy bien. No voy contra Emilio Titos ni contra su hijo ni quiero crucificar a nadie. El vía crucis lo estoy pasando yo”, zanjó. - A. Goñi