Vitoria - Que Pedro José Salazar en un empresario con buena vista para los negocios no es juego de palabras ni tampoco una declaración de intenciones que utiliza cuando recorre el mundo vendiendo sus lentes intraoculares. Es solo puro sentido común. Estar lo suficientemente alerta como para detectar una oportunidad donde otros, simplemente, apenas veían un derroche innecesario.

Algo de esto debió suceder en 2012, cuando entró por la puerta grande de los Estados Unidos -principal mercado de productos sanitarios del mundo- tras comprar una empresa de su competencia y apostar por la fabricación de productos para el sector veterinario. “Allí cuidan y tratan a los animales casi como si fueran niños o incluso a veces mejor porque los miman y operan de casi todo. ¡Hasta les contratan un seguro médico, cosa que ni los propios dueños se pueden costear! Así que comenzamos a explorar este tema, acudimos a ferias y congresos y entramos en acción. En 2017, sin ir más lejos, vendimos cerca de un millar de lentes y el pasado año triplicamos esa cifra, alcanzando unas ventas de 200.000 euros”, resuelve incrédulo el director general de AJL, que desde luego no tiene intención de aminorar esta parte del negocio, que ya representa el 10% de su facturación en EEUU.

Entre los muchos productos para la cirugía ocular de perros destacan los cristalinos, los anillos capsulares, las válvulas, las viscoelásticas, que son una especie de gel de ácido hialurónico para colocar después la lente, o un producto llamado Amniovet, que no deja de ser una membrana amniótica para úlceras corneales -“Los perros y los gatos se arañan y muerden los ojos”, recuerda Salazar- y que en AJL obtienen de las placentas de las vacas tras someterlas previamente a un tratamiento de -80º. - A. Goñi / Foto: J. Muñoz