BILBAO - Las haciendas forales vascas han recaudado 1.562 millones de euros entre enero y noviembre por el Impuesto sobre Sociedades, el tributo que grava los beneficios de las empresas y que por ello es reflejo de la salud de la economías. Es una cifra que se acerca a los niveles de 2008, el último ejercicio antes del desplome de ingresos generados por la crisis, aunque aquel año ya empezó a notarse el impacto de la tormenta en algunos de los principales tributo gestionado por Euskadi.

La evolución de Sociedades destaca en relación al resto de los impuestos, que en el caso del IVA incluso va un par de pasos por detrás de los registros del año pasado. Con un crecimiento del 25% en lo que va de año en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca gracias principalmente al empuje de Bizkaia, que casi repunta un 30% en los once primeros meses del año, en diciembre se marcará el mejor registro de los últimos diez años. La mayor parte del dinamismo es imputable a los mejores resultados de las empresas.

Sin embargo, el último cambio normativo del impuesto ha proporcionado también ingresos adicionales. A partir de este ejercicio fiscal, las compañías con facturación superior a los diez millones o plantillas de más de 50 empleados realizan en el último trimestre del año un ingreso a cuenta el 5% sobre la previsión de beneficios. De modo que en julio, cuando se liquida tradicionalmente Sociedades, las haciendas forales recibirán menos dinero.

A la espera de ver cómo afecta ese adelanto a la recaudación en 2019, lo cierto es el último gran impuesto que faltaba por sumarse a la recuperación ha dado un acelerón este año. Lejos todavía de los 2.000 millones de 2007, los niveles de Sociedades se acercan a parámetros situados dentro de la normalidad y en su caso no ha mediado una subida fiscal como ocurre con el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y, sobre todo con el IVA.

estimación de fin de curso Las previsiones de recaudación para este año en concepto de Impuesto sobre Sociedades son de 1.349,6 millones, por debajo del dato acumulado hasta noviembre porque durante este mes se producen devoluciones a empresas que rebajan la cifra definitiva. Para el próximo año, el efecto de las devoluciones a cuenta restarán también algo de dinamismo y el Consejo Vasco de Finanzas calcula unos ingresos de entorno a 1.300 millones.

Es una cifra que puede considerarse ajustada al nuevo escenario fiscal en el que operan las empresas en el que, por cierto, se han producido varias rebajas fiscales, principalmente para las pymes. Los estímulos fiscales introducidos de cara a dinamizar la economía han rebajado la factura tributaria de las compañías y será muy difícil llegar a números como los cosechados en 2007, pero se confía en una estabilización en ese entorno de los 1.400 millones.

De cara a medir la mejoría en la economía, a las cifras de Sociedades habría que añadir los Impuestos Especiales de Fabricación que pagan las empresas por su producción. En ese ámbito sí que se prevé un aumento del 14% en el ritmo de ingresos el próximo año.

De hecho, a las puertas del un ciclo económico menos expansivo, las diputaciones y el Gobierno vasco estiman que el crecimiento nominal -la suma de PIB y el IPC- rondará el 3,8%. La recaudación fiscal estará “alineada con esta expansión económica” y que crecerá también un 3,8% el próximo año. Las haciendas vascas ingresarán en ese caso 500 millones más que este año y se conseguirá un nuevo récord de recaudación.

munición ante los sobresaltos Se reforzará así el colchón que se ha generado los últimos años al superarse las previsiones de ingresos y las administraciones vascas tendrán más munición para hacer frente a futuros sobresaltos.

La desaceleración ya ha empezado a notarse en este tramo final del año, pero el mensaje, tanto de las entidades que elaboran las previsiones económicas como del Gobierno vasco, sigue siendo muy positivo. No hay indicios que inviten a pensar en la llegada de una recesión. En ese sentido, el consejero vasco de Hacienda y Finanzas, Pedro Azpiazu, ha afirmado recientemente que Euskadi “tiene fuelle para seguir creciendo” y que hay que huir de los “alarmismos”.

Las expectativas de recaudación por IRPF, el termómetro fiscal que mide la temperatura de las nóminas, y del IVA, el impuesto que gira en torno al consumo, son muy halagüeñas de cara al próximo año. Una circunstancia que refuerza el papel de la demanda interna como base del crecimiento del PIB vasco.