BILBAO - La primera entidad financiera vasca, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), tendrá el próximo año 2019 un nuevo presidente en la figura del hasta ahora consejero delegado, Carlos Torres Vila. El ingeniero salmantino de nacimiento pero gallego de adopción sustituirá a Francisco González, todo un personaje del sector bancario en el Estado español, que accedió a la presidencia del BBVA en sustitución de Emilio Ybarra en enero de 2000 en una operación por lo menos peculiar por la que el representante de la entidad fusionada, Argentaria, más pequeña y menos rentable que el BBV, se hizo con todo el poder del banco vasco.
Carlos Torres será nombrado presidente del BBVA a instancias de González tras una transición, a día de hoy, modélica que hay que cargar en el haber del actual presidente. Su nombramiento pretende afianzar el proceso de transformación digital del banco del que Francisco González, programador informático en sus inicios profesionales, siempre ha sido un precursor.
En los diez años que lleva en el banco, Torres se ha convertido en abanderado de la transformación digital de una entidad financiera que a cierre de este año contará con la mitad de sus clientes digitales, según presume el banco.
Carlos Torres, un ingeniero con escasa experiencia bancaria cuando llegó al BBVA, -con un pasado profesional en Endesa e Isofoton, la empresa malagueña del sector fotovoltaico, que acabó en quiebra-, se ha impuesto claramente en la sucesión a otros posibles candidatos, consejeros del banco, como González Páramo y Caruana, ambos con experiencia en los foros financieros internacionales, algo básico en unos tiempos en los que el BCE controla a todos los grandes bancos europeos.
Francisco González, -la persona que prejubiló a buena parte de los equipos directivos del BBVA con poco más de 50 años de edad dando pie a una fuga de talento sin precedentes aunque buena parte de la prolija cantera del banco vasco ha terminado en otras entidades financieras-, anunció a principio de este año que no se mantendría como presidente más allá de los 75 años de edad (los cumple en octubre de 2019).
El periodo de los presidentes bancarios todopoderosos parece que terminará con González y la labor de Carlos Torres estará más en la línea de lo que demandan los inversores internacionales por lo que aumentará la importancia del consejero delegado. La incógnita más importante ahora es saber quién será el consejero delegado, aunque el banco tiene aún tres meses de plazo para decidirlo. Está la opción de que Torres se incline por alguien de su equipo, muy volcado en la digitalización, o que opte por alguien con experiencia en la banca comercial clásica, caso en el que profesionales vascos del banco tendrían alguna opción, caso de Juan Asua o Jorge Sáenz Azcunaga. Mientras tanto González afronta sus últimos meses abanderando la digitalización del banco con una sucesión bien planificada.
El problema es que pese a las bondades de la digitalización los inversores no lo acaban de ver y BBVA bajó ayer un 0,38% en Bolsa y acumula una caída del 21,3% este año. En cambio el Banco Santander subió un 0,2% y baja un 18,3% en 2018.