gasteiz - El buen momento del turismo sigue ayudando a la hostelería vasca, que sigue creciendo con fuerza en su cuarto año consecutivo en ascenso. En el segundo trimestre el volumen de ventas en el sector aumentó más del 3%, un avance algo más corto que el del pasado ejercicio pero que se encuentra entre los incrementos más sólidos dentro de las ramas de servicios. La hostelería se mantiene así como uno de los motores del sector terciario de Euskadi, que sigue creciendo por encima del 2%.

La economía vasca ha dado los primeros síntomas de una cierta ralentización, que se prolongará en los dos próximos ejercicios. Según los cálculos del Gobierno Vasco, el crecimiento del PIB irá poco a poco dejando atrás los ritmos superiores al 3% de los últimos trimestres para acoplarse al entorno del 2%. Por sectores, la industria ha pasado a ser la actividad que sostiene el escenario macroeconómico, mientras que los servicios retroceden respecto a la primera fase de la recuperación.

Dentro del sector terciario sobresalen la hostelería, las oficinas y la venta y reparación de vehículos, según los datos del Eustat. En el primer caso, bares y restaurantes vascos se anotan un incremento de las ventas del 3,2%, al mismo nivel que las actividades administrativas, mientras que los concesionarios y talleres de vehículos mejoran su actividad en un año más del 8% dando continuidad al círculo positivo en que lleva años inmersa la automoción.

Son los pilares que sostienen el avance de los servicios, mientras el comercio crece a menor ritmo con un descenso en las ventas dentro del bloque de negocios minoristas. También la rama de la información y las comunicaciones cierra el segundo trimestre del año a la baja. Los servicios salvan así el trimestre gracias al empuje de segmentos como la hostelería, que prolonga el buen momento iniciado de la mano de la recuperación del consumo. El punto de inflexión se produce en la segunda parte de 2014, cuando los hogares empiezan a disponer de un cierto margen para el gasto.

Desde entonces la hostelería vasca ha encadenado tres ejercicios con fuertes ascensos, en algunos trimestres por encima del 7%. En la primera mitad del año se registran cifras algo más modestas pero en todo caso por encima de la media de la economía vasca, lo que indica que el sector aun no ha tocado techo.

El efecto del turismo ayuda, aunque cada vez más locales mantienen un nivel de actividad más o menos homogéneo a lo largo del año. El perfil de turista que llega a las capitales de la CAV genera movimiento en la hostelería más allá del pico del verano. En el segundo trimestre, con todo, se nota un reparto desigual entre las dos grandes patas de la hostelería, ya que mientras los bares y restaurantes crecen cerca del 4%, los servicios de alojamiento mejoran solo nueve décimas respecto al segundo trimestre de 2017 después de un mal arranque de año. Los negocios hoteleros dejan atrás así las buenas cifras del pasado año, aunque habrá que esperar al dato del verano para hacer una estimación de la evolución real de un subsector que sí depende directamente de la llegada de turistas.

En cuanto al empleo, en cambio, la capacidad de la hostelería vasca para tirar de la contratación sí parece haberse agotado después de tres meses de caídas de la afiliación a la Seguridad Social entre junio y agosto. La mejoría del negocio no es suficiente para aumentar plantilla en muchos locales, que se quejan además de las dificultades a la hora de encontrar personal cualificado para trabajar.

Por otro lado, la buena dinámica de empresas de otros sectores, como es el caso de la industria, está generando nuevos oportunidades laborales más atractivas que la hostelería, que sirvió de refugio para muchos jóvenes y desempleados en los peores momentos de la crisis.