donostia - Como ha ocurrido en ocasiones anteriores, los dos grandes bloques sindicales vascos han acogido el acuerdo salarial firmado en el Estado de manera muy distinta. Mientras CCOO y UGT de Euskadi anticipan que intentarán trasladar su contenido a la negociación colectiva vasca, ELA y LAB denuncian que la subida de salarios “en torno” al 2% es demasiado corta y supondrá perder poder adquisitivo al no estar vinculada al IPC.

“No se corresponde con las necesidades y la voluntad de la clase trabajadora vasca”, censuró ELA sobre el mínimo de 1.000 euros en convenio pactado en Madrid, por debajo del suelo de 1.200 euros que reclaman los sindicatos abertzales.

El rechazo de la mayoría sindical vasca formada por ELA y LAB al acuerdo estatal dificulta su traslación a los principales convenios sectoriales que se negocian en Euskadi, aunque sí afectará a los 160.000 trabajadores vascos con un convenio de ámbito estatal.

En realidad, los parámetros en que se mueve este año la negociación en Euskadi se encuentran dentro de la horquilla de entre el 2% y el 3% acordado en Madrid, por lo que no supone un cambio sustancial en este sentido.

Además del aspecto salarial, el acuerdo estatal recoge cuestiones ligadas a la propia negociación, a la flexibilidad y al empleo, como el impulso al contrato de relevo, que también podrían tener encaje en la CAV.

ELA criticó que la subida acordada no asegura el mantenimiento del poder adquisitivo y recordó que los agentes sociales en la CAV y Navarra llevan tiempo pidiendo un sueldo mínimo de 1.200 euros, por lo que la referencia de 14.000 euros anuales de los convenios estatales se queda corta.

falta de obligación “Estos acuerdos únicamente ofrecen una imagen de acuerdo social, sin que ello suponga ninguna obligación para las empresas”, criticó el sindicato de Adolfo Txiki Muñoz, que reprochó a CCOO y UGT que “dan oxígeno” a Pedro Sánchez para no derogar las últimas reformas laborales.

Respecto a esta última cuestión, la central sindical de Txiki Muñoz no ha encontrado en el texto del pacto acordado “ninguna referencia crítica real” con las reformas, según subrayó ayer, para añadir que tampoco se marcan medidas para paliar “su consecuencia más brutal, la precariedad”.

LAB coincidió en que el pacto estatal no obliga a las empresas, dado que son “unas recomendaciones”. Por este motivo, según el sindicato que dirige Garbiñe Aranburu, su contenido no se aplicará de manera directa, sino que dependerá de “la correlación de fuerzas” que exista en las distintas empresas y sectores económicos.

LAB también censuró la delimitación del sueldo mínimo en 1.000 euros, ya que en su opinión el nivel que “garantiza unos mínimos para vivir una vida digna” en Euskal Herria son 1.200 euros. En el terreno salarial, también criticó que se contemple una parte variable de los sueldos, en concreto que el total de lo percibido por los trabajadores esté en función de parámetros que no conocen, como la productividad y el absentismo.

“Este acuerdo se ha conseguido renunciando a la confrontación y la lucha”, lamentó LAB, para quien otra de sus consecuencias será fomentar la precariedad.