gasteiz - El termómetro de los precios se sobrecalentó el mes pasado en Euskadi sobre todo por la escalada de las gasolinas, pero también por el encarecimiento de la factura de la luz. Otros capítulos del consumo, como la alimentación y la vivienda, también se dispararon aunque en menor medida. De modo que la suma de esas cuestiones que forman parte del día a día de las familias impulsó al IPC hasta el punto de que se duplicó en apenas en apenas 31 días. El salto fue del 1% al 2%, alcanzando en mayo el nivel que se marca como objetivo el Banco Central Europeo para el conjunto del año.

Todas las previsiones auguran cierta relajación tras el verano y una menor presión de los precios en el tramo final del año. Pero lo cierto es que el petróleo sigue mostrándose ingobernable y es en estos momentos una amenaza real para el poder adquisitivo de los ciudadanos. Los salarios y las pensiones no están creciendo al mismo ritmo y los bolsillos empiezan a notarlo.

El Instituto Nacional de Estadística publicó ayer el dato desarrollado del IPC, detallando su evolución por comunidades. Además el INE elevó una décima su cálculo inicial para el conjunto del Estado, que se queda en el 2,1%, lo que supone un repunte del 1%. Los carburantes fueron los productos más inflacionistas en Euskadi y el grupo de Transporte creció un 4,8%. Entre los productos de primera necesidad destaca el incremento de Alimentación (2,1%). Aunque el INE no detalla el impacto de cada producto en la cesta de la compra en el caso de las comunidades, sí lo hace a nivel estatal y ahí señala que la fruta fue la parcela con mayor crecimiento (8%) en mayo.

Las frutas tiran del carro de la alimentación y es el producto que más tensión imprime en el mercado. Su repercusión real, el porcentaje que representan dentro del índice de precios, es menor que la de los carburantes o que la electricidad, que son los que están generando más quebraderos de cabeza en los hogares. Si a eso se añade que las prendas de vestir, la hostelería y la vivienda también se mueven en la zona caliente, prácticamente todas las facetas de las economía se encuentran afectadas por el repunte del IPC.

En el capítulo de las reacciones, el Ministerio de Economía, en su primera valoración desde que Nadia Calviño tomo posesión del cargo, destacó en un comunicado que la inflación subyacente se situó en mayo en el 1,1% interanual. En ese índice se excluyen los elementos más volátiles -fuera de control- del indicador como son la energía y los alimentos no elaborados.

La lectura del Gobierno y sus previsiones pasa por que cuando se normalice el mercado del petróleo, los precios volverán a niveles más aceptables y en el recorrido del año el castigo será menor para los bolsillos.

Los sindicatos insistieron en que el repunte de la inflación hace más necesaria si cabe la subida de los salarios para poder recuperar la capacidad de compra perdida durante la crisis. La CEOE, por su parte, volvió a recordar que en un entorno inflacionista cualquier deterioro de la competitividad tendrá un efecto en el crecimiento de la economía española.

pacto salarial vasco En Euskadi, el sindicato UGT instó a la patronal vasca a que “avance en la negociación colectiva, adelantándose” al IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva que se espera que se alcance “en breve” en el Estado. Algunas fuentes incluso habían vaticinado que el acuerdo llegaría ayer, pero todos los agentes implicados dan por hecho que será a lo largo de esta semana.

Por ello, la secretaria de Política Sindical de UGT-Euskadi, Maribel Ballesteros, dijo que “es el momento de recuperar derechos y salarios, diezmados durante la crisis, porque, mientras no se avance en la recuperación de salarios en los convenios sectoriales y, por tanto, se reactive el consumo, no será posible esa recuperación económica.